4/11/14

La vorágine del “prusés” (VI) Caciques en Campaña

El Govern d’Artur Mas ha pedido al tribunal Constitucional que no acepte el recurso de impugnación de la Consulta del 9-N, interpuesto por el Gobierno de Mariano Rajoy y avalado, por unanimidad, por el Consejo de Estado. El Gobierno de España le había solicitado ese aval el 27 de octubre y, el viernes 31 de octubre de 2014, el aprobó la impugnación, presentada, el lunes 3 de noviembre, ante el Tribunal Constitucional por la abogacía del Estado, invocando el art. 161.2 de la Constitución.

En su dictamen, preceptivo aunque no vinculante, el Consejo de Estado consideró que “proceso de participación ciudadana del 9N” agravaba “los vicios de inconstitucionalidad de la anterior consulta por omitir elementales garantías”. Afirmaba que Artur Mas buscaba “imputar al pueblo de Cataluña una manifestación de voluntad moldeada y orientada en un determinado sentido”. Acusaba a Mas de “desconocer la lealtad constitucional” y de pretender eludir los controles de manera “consciente, reiterada y pública”, ya que no tiene competencia para organizar una votación sobre la unidad del Estado, que es un asunto que compete a la soberanía nacional. Indicaba que el incumplimiento de la suspensión constituiría una infracción del artículo 87.1 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, por el que “todos los poderes públicos están obligados al cumplimiento de las resoluciones del TC”, que daría lugar a responsabilidades.

El Consejo de Estado, que es el supremo órgano consultivo del Gobierno, de acuerdo con el art. 107 de la Constitución y el art. 1.1 Ley Orgánica 3/1980, de 22 de abril, avaló la impugnación del sucedáneo de consulta independentista en Cataluña.

En su pretensión de ganar tiempo para impedir el recurso de impugnación, Artur Mas ha tomado decisiones para evitar la suspensión de la consulta por parte del Tribunal Constitucional. Entre las triquiñuelas y artimañas de Artur Mas cabe señalar las siguientes:
• Convertir el referéndum de autodeterminación en un proceso participativo e impulsar un sucedáneo de consulta hasta incurrir en un fraude de ley. Sin censo, sin ley que ampare y convoque la votación y bajo la tutela de los independentistas ha montado un acto sin formalidad jurídica para desafiar al Estado y burlar al TC. A sabiendas que, de acuerdo con los tratados, la independencia dejaría a Cataluña fuera de la UE.
• Mantener las preguntas trampas originales del referéndum suspendido por el TC con la finalidad de que las mismas personas convocadas el 27 de septiembre depositen un sobre cerrado en una urna en locales preparados y dependientes de la propia Generalitat.
• Prolongar la consulta durante quince días para mejorar la oficialidad de la misma. Un hecho que hace difícil su homologación.
• Implicación de la Generalitat en los actos previstos para el 9N, montando una “opereta bufa” para revestir de “voluntarios” a 7.000 funcionarios públicos, maestros y profesores, para garantizar la apertura y presentación al público de las urnas, las mesas y los colegios que las alojan. Ni una orden, sólo indicaciones a través de correos electrónicos. ¿Dónde estarán las llaves que han de abrir las escuelas y colegios? ¿Los directores de los centros se las entregarán a los voluntarios de la ANC vulnerando toda responsabilidad de custodia? ¿O las llaves estarán depositadas en el fondo del mar, como dice la canción infantil?
• Movilizar a casi 30.000 voluntarios secesionistas –una cifra facilitada por ellos- para, escudándose en la ANC y en Òmnium Cultural, suplir las tareas de los funcionarios y encargarse de organizar, vigilar y controlar una consulta independentista donde sólo votarían separatistas y algún que otro despistado que los forcos pudieran abducir entre el vecindario.
• Inscribir opcionalmente en un fichero de participantes omite las garantías constitucionales y la neutralidad de los responsables del proceso y la previa determinación del universo de personas llamadas a votar.
• Mantener la propaganda de una campaña institucional vetada por el TC, sin escatimar en ello recursos económicos ni de cualquier otro tipo para evitar un fracaso de participación.
• Cocinar los barómetros del Centre d’Estudis d’Opinió.
• Tergiversar la Ley de Comunicación Audiovisual para exigir a los medios de comunicación la difusión gratuita de los anuncios promociones del 9-N elaborados por la Generalitat. Apelando al “interés general”, una carta del secretario de Comunicación del Govern cursa la orden a las radios y televisiones.
• Creación por parte del Colegio de Abogados de Barcelona de un nuevo órgano separatista, de tipo soviético, vinculado al “prusés” y encargado de vigilar la vida privada de los catalanes en las redes. Una verdadera “checa jurídica” para perseguir la oposición al independentismo.

Desde el primer instante, con actuaciones erráticas, Artur Mas ha lanzado su órdago a las instituciones del Estado español que suspendieron, de forma cautelar, el decreto de convocatoria y la Ley de Consultas catalana. Y ha utilizado esa suspensión para agitar en favor de la independencia. Sin embargo, ha tenido tiempo para frenar ese despropósito, reflexionar y mostrar un mínimo de seny, y dejarse de plantear “decreto sorpresa”, “locales” y “puntos de votación”. También, Duran Lleida hubiera podido mostrar algo de seny y cortar el disparate de raíz, porque tenía posibilidades para ello.

Ante ese tejemaneje, Oriol Junqueras declaraba que la firma de ese “decreto sorpresa supondría la ruptura incuestionable con las instituciones del Estado y tendría consecuencias para Mas, por lo que no creemos que lo firme”, y lamentaba la falta de valor de Mas, y era objeto de burla por no reforzar el referéndum.

El Tribunal Constitucional se reunirá el martes día 4 de noviembre y es probable que admitida a trámite los recursos de inconstitucionalidad el sucedáneo de consulta quedaría suspendido. Como ya hiciera el pleno del TC el 29 de septiembre, de forma cautelar y por unanimidad. Si, aún así, Artur Mas persistiera en su desobediencia al mandato de los tribunales, el Estado tiene la capacidad y la legitimación suficiente para exigir el cumplimiento de dicho mandato.

Artur Mas ha reconocido que trata de celebrar un referéndum, tras acusar al Gobierno de "decir no a cada propuesta" que hace. Otra de sus previsiones es dejar el proceso en manos de la ANC y de Òmnium Cultural en 2015. Pero, en este largo proceso, el Gobierno de España no tiene otra opción que el cumplimiento de la ley y la protección de los derechos de todos los catalanes.

¿Estará "el Pequeño Nicolàs" asesorando a Mas y Junqueras?

A este respecto, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha estado especialmente claro al resumir el “prusés” con estas palabras: "Si Mas dice que la inmensa mayoría de catalanes está por la independencia, supongo que el 9 de noviembre habrá cinco o seis millones de personas. El problema es que no sabemos quién contará. Si quien cuenta es la señora Forcadell o la Guardia Urbana, es complicado considerarlo un proceso democrático. En vez de tener un ministerio o una consejería contando votos, un registro, un censo, un decreto, una ley, tenemos una especie de fiesta independentista donde la gente se imprime la papeleta en casa y va a votar una o cuatro veces".

Los Caciques de Cataluña (CdeC) y sus cómplices, muy bien subvencionados por cierto, han de estar contentos con este nuevo ridículo. Artur Mas, que se presenta como el prototipo del demócrata de toda la vida, lo que realmente ha promovido es el engaño, el enfrentamiento institucional y el enfrentamiento social. Actos de él, de su govern y aliados que no son precisamente normales ni democráticos.

Campaña para un acto no convocado

En la noche del 29 de octubre los separatistas catalanes iniciaron ya su campaña de propaganda de un sucedáneo de referéndum que todavía no ha sido convocado por el presidente de la Generalitat. Un Artur Mas que culmina décadas de engaños y de provocar enfrentamientos institucionales y sociales. Una campaña pensada para cumplir con el objetivo del Govern de la Generalitat: saltarse la ley a conveniencia, para que unos pocos crean decidir aquello que los caciques les dicen que han de decidir. Una campaña organizada por la oligarquía de los partidos separatistas que, sin consultar a sus bases, optaron por suscribir el Pacte Nacional pel Dret a Decidir, un auténtico maná económico para estas organizaciones y entidades, unas ya quebradas y otras al borde de la quiebra. Así, pues, el “prusés” es una cínica pantomima, para ocultar la corrupción transversal que sufre Cataluña.

Protesta de la asociación Somatemps contra la corrupción del Klan Pujol y su brazo mediático TV3%, recogida por el diario La Gaceta el 25 de septiembre de 2014

Una campaña en la que TV3 y el resto de medios del régimen fuerza la máquina adoctrinadora para formar una mentalidad colectiva y sigue con el despilfarro económico para dividir a la sociedad. Una manipulación política denunciada por sindicatos de periodistas que defienden un servicio público independiente. Un adoctrinamiento con repetitivos y subliminares mensajes básicos que invaden la propaganda e intoxicación disfrazada de información y hasta la publicidad. Estos mensajes inciden en que los catalanes son como los nórdicos y el resto de España es gente bajita, sucia y sin cultura. Todo lo malo proviene de España y el nuevo escándalo de Jordi Pujol es tratado informativamente de esta manera: “ha decidido regularizar su situación con Hacienda” Las palabras de Eugeni Sallent, director de TV3, son indicativas: “Los catalanes vivimos uno de los momentos más trascendentales de los últimos 300 años y desde TV3 lo mostraremos, para ser los ojos del mundo sobre la situación que vive el país”. ¡Adoctrinamiento puro!

Ni seriedad, ni rigor alguno, ni garantías democráticas en un proceso sin fiabilidad alguna, sin mecanismos democráticos. Ejemplo de ello es la web habilitada por la Generalitat para informar sobre la consulta, conocer el punto de votación según el domicilio y obtener una tarjeta de participación. Se escoge un municipio, se introduce una dirección y se indica nombres y DNI, que pueden ser falsos. Se supone que en la votación se pedirá un DNI real, aunque eso está por ver. No obstante, la manipulación en el registro es ya una alteración del proceso.

Tarjeta de participación emitidas a personajes como Obama; Francisco Franco Bahamonte -domiciliado en Ctra. El Pardo –Madrid al que se le asigna para votar el municipio de Vila-sana en el local de los Baixos Consistorials de la Pl. Major, 4 y en la mesa 4805B-; un periodista madrileño que votaría en la Escola San Martí de Barcelona y Bob Esponja que lo haría en un Institut de Terrassa; Mariano Rajoy; el 'pequeño Nicolás'; Imperio Argentina; Kim Jong-un; Conde Drácula; Frankenstein; 'el gilipollas de Mas'; Cristóbal Colón; Lady Gaga; Los Chichos o Elvis Presley. No olvidemos que para la manifestación separatista del “11 de Setembre” se inscribieron personajes como Leónidas Breznev, Nicolai Podorgny o Alexis Kosiguin. Es decir, la famosa y fenecida troika soviética.

El singular edificio La Pedrera cubierto por la lona de la ANC. En la imagen se podrá apreciar como se han cargado un árbol para que no tapase la propaganda separatista y poder hacer la fotografía sin obstáculos. Y los supuestos ecologistas de ICV-EUiA ¿no tienen nada que decir?¡Todo al servicio de la propaganda!

Propaganda del 9-N que aparece en los transportes públicos como el metro de Barcelona. Propaganda separatista que tapa todo un edificio tan emblemático como La Pedrera, en Paseo de Gracia de Barcelona. Propaganda de plástico amarillo que ha cubierto parte del espacio público catalán. Propaganda con argumentos como que el Barça perdió contra el real Madrid por no ser más separatista –según el Centre Català de Negocis. O el cómico Albà con su propagación del odio a España. O los batasunizados como Pilar Rahola que votará “pels catalans caiguts en defensa de la terra” y un Lluis Llach que votará “por los abuelos Cisets que intentaban hacer luz en un tiempo de tinieblas. Seguro que cuando hayamos ganado descansarán definitivamente en paz”. Y lo dice un Luís Llach, cuyos abuelos consiguieron salvar sus vidas de los ataques del separatismo y marxismo de la preguerra y de la guerra. Un Luís Llach, militante falangista, que fue vicepresidente de los Guerrilleros de Cristo Rey en Figueres, mientras su padre era alcalde franquista de Verges. Así que, separatistas, un poco de coherencia.

Esa misma incoherencia presenta la campaña de marketing de la ANC con anuncios, carteles, lonas, flyers, vídeos, pancartas, OPIs, autobuses, autobuses de las empresas municipales de transportes, metros, ferrocarriles de la Generalitat, redes sociales, gigaencuesta, etc., por la que reconocen un gasto de 200.000 € semanales. Una ANC que trabaja con dos agencias de publicidad: Altraforma de Laia Vilajoana Presas y Bassat Ogilvy de Luis Bassat. Sin embargo, otros publicistas quintuplican ese gasto, sin contar que Ayuntamientos, como el de Sant Cugat del Vallés, han colocado de forma gratuita la propaganda de la ANC. Una propaganda, falsa y peligrosa, copiada de regímenes como el soviético o el nazismo.

Con cuatro simplificaciones, tergiversaciones, mentiras, eslóganes falaces, consignas mesiánicas, palabras vacías o rellenas de humo, todo repetido para embaucar miles de personas, los flautistas del separatismo quieren llevar a sus comparsas hacia el precipicio.

Cuando, desde la distancia, se analice el “prusés” se podrán valorar los comportamientos de todas esas organizaciones que, desde CDC hasta la CUP, pasando por ERC, ICV-EUiA, la ANC y Òmnium Cultural, han dilapidado decenas de miles de millones de euros en un proceso iniciado por el ex Molt Honorable Jordi Pujol Soley. Y se debería valorar, también, cómo éstas organizaciones, prácticamente quebradas, podían mantener semejantes estructuras con sus escasos cotizantes.

La legalidad y las garantías jurídicas son elementos básicos en una democracia, sin ellos ésta no existe. Y los caciques siguen parapetándose en su estado-ficción para apropiarse de recursos públicos, para recortar prestaciones sociales, sueldos y todo cuanto crean conveniente porque saben que contarán con el beneplácito de una izquierda separatista que le reirá todas sus gracias, aunque parezca que se oponen.

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