La Iglesia Católica por Siria: Jornada Mundial de Oración y ayuno

El domingo 1 de septiembre, el Santo Padre pidió que el día 7 de septiembre, a las 19 horas, se desarrollara una Jornada Mundial de Oración por la paz en Siria, Oriente Medio y el resto del mundo y se practicara un ayuno mundial para que las partes implicadas busquen el diálogo que elimine las tensiones y los conflictos actuales derivados de la injusticia. Un llamamiento a toda la Iglesia, a todos los cristianos, a las fieles de otras religiones y a las personas de buena voluntad. “Guerra llama a Guerra” expreso durante la oración del Ángelus.

El Papa dirigió El Angelus del domingo 1 de septiembre a los fieles cristianos, a todas las religiones y personas de buena voluntad en favor de la paz en Siria. El cartel pide enfocar nuestras miradas por la paz en Siria

Los católicos pedirán la intercesión de la clemente Virgen María, Reina de la Paz y de los Mártires, y Madre misericordiosa de la Iglesia, para reconducir a la humanidad y a los políticos a través del mensaje cristiano de amor al prójimo. A tal fin se realizarán concentraciones pacíficas ante las embajadas y consulares de los Estados Unidos para pedir, durante una hora, el fin del derramamiento de sangre en Siria y de la política belicista de apoyo a los sanguinarios grupos yihadistas. Acciones que se desarrollaran en la confianza de que el Congreso y el Senado norteamericanos detengan los bombardeos sobre Siria decididos ya por el señor Barack Hussein Obama.

El Papa Francisco ha propuesto la siguiente oración para esta Jornada: “Dios de misericordia, escucha el clamor del pueblo sirio, conforta a los que sufren a causa de la violencia, consuela a los que lloran a sus difuntos, convierte los corazones de los que han tomado las armas, protege a los que se han comprometido con la paz. Dios de la esperanza, inspira a los líderes para que escojan la paz en lugar de la violencia y busquen la reconciliación con sus enemigos”.

El Patriarca greco-católico ha calificado de criminal el ataque planeado por la administración Obama, mientras los rebeldes sirios a los que ayuda el presidente de Estados Unidos, son los mismos que están utilizando armas químicas, secuestran, violan y asesinan a mujeres cristianas en Siria.

Carta del Papa al G-20

Aprovechando la cumbre del G-20, celebrada en Rusia, el Papa Francisco remitió una carta a Vladímir Putin en su calidad de presidente de la cumbre. En su misiva, el Papa insta a EEUU y a Francia a abandonar “los intentos vanos de solución militar” y lamenta la prevalencia de los intereses unilaterales que “impiden una búsqueda de solución que hubiese evitado la matanza sin sentido que presenciamos”. El Papa pide a los países integrantes del G-20 que no permanezcan indiferentes y que eviten las soluciones militares.

Imagen de las dos páginas de la carta del Papa a Vladímir Putin, presidente de la Cumbre del G-20 en Rusia

En el G-20 se reúnen los ministros de Economía de las 20 mayores economías del mundo y los gobernadores de sus bancos centrales. Constituido hace catorce años, a partir del G-7 y del proceso de globalización, ha sido incapaz de dar soluciones a las crisis y desajustes de este siglo XXI, como el intento de coordinar la política global de China, India y Brasil; como la quiebra de Lehman Brothers y el posterior pánico bursátil extendido por el corazón financiero del mundo entero; como el plan para refinanciar el FMI y los planes de estímulo del estilo del plan E de Rodríguez Zapatero en España que dilapidó 20.000 millones de euros; como la crisis de la deuda europea que obligó a rescatar países quebrados; como la guerra de divisas entre Estados Unidos y China; como la crisis del euro. El único nexo de unión de todas las Cumbres celebradas hasta la fecha han sido las declaraciones rimbombantes con las que tratan de influir en la economía mundial. Pero, la economía vive de realidades y no de teorías ni de charlatanería de vendedor de feria.

El Papa ve con amargura que son muchos los intereses que concita Siria y ha precisado que la violencia nunca lleva a la paz, y pide reglas justas que permitan un mundo más justo

En la movilización del Vaticano contra las presiones ejercidas por el presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, el 5 de septiembre, ante 71 embajadores ante la Santa Sede, el responsable de los asuntos exteriores del Vaticano, Monseñor Mambertí, urgió a hacer cesar la violencia en Siria, preservar la unidad del país, incentivar el diálogo, respetar el derecho humanitario y tomar distancia de los extremistas.

En esta cumbre del G-20, han apoyado “los esfuerzos llevados a cabo por Estados Unidos y otros países para reafirmar la prohibición del uso de armas químicas” los representantes de Arabia Saudí, Australia, Canadá, Corea del Sur, España, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Turquía, y, por supuesto, de Estados Unidos. Alemania y Rusia no han firmado la declaración. Dos bloques diferenciados surgen en esta cumbre respecto a la crisis siria, en una vuelta a la Guerra Fría impulsada por el presidente Barack Hussein Obama

¿Quién se fió de las mentiras de Bush? ¿Y quién se fía de las de Barack Hussein Obama?

A estas alturas ha quedado demostrado de forma manifiesta que el ataque con armas químicas fue de “falsa bandera”; es decir, perpetrado para engañar y provocar el ataque aliado contra el pueblo sirio.

El diputado democristiano francés Jean-Frédéric Poisson se ha manifestado en contra de la postura del presidente francés François Hollande, proclive al aventurismo militar yankee en Siria

El diputado francés Jean-Frédéric Posson ha expresado, con total y absoluta claridad, lo que piensa buena parte de la opinión pública europea: “los islamistas martirizarán a la población siria”. Este diputado declaraba a La Gaceta que no tiene seguridad de que “una acción militar en Siria reúna los requisitos de una guerra justa: ni Siria ha agredido a otro Estado, ni la seguridad de los ciudadanos de los países que pretenden intervenir corre peligro y, en tercer lugar, no hay mandato de la ONU, única instancia legítima para intervenir”.

Y es que después de la invasión de Irak en 2003, el prestigio de los servicios secretos norteamericanos es nulo entre la opinión europea, ya muy molesta por el espionaje de EEUU a todos los países europeos, y por el contenido inmerso en los papeles del Wikileads publicados por Julian Assange o en los del espía Edward Joseph Snowden.