29/7/13

Encierro y perfomance en el Hospital Joan XXIII

Ahora, le toca sus minutos de protagonismo al denominado Grup de Treball en defensa de la Sanitat Pública a Tarragona, coordinado por la CUP y auxiliado por sindicatos que se autodenominan combativos -CGT, CO-BAS i CATAC-CTS- y personas a título individual, que promueve un encierro en el Hospital Joan XXIII de Tarragona para denunciar su desmantelamiento y defenderlo como hospital público de referencia. Aprovecharán el acto para denunciar el proceso de privatización encubierta que trata de convertir la salud en un negocio, que ellos denominan de Teclarización.

Cartel que promociona el encierro y la perfomance correspondiente. Acciones en las dos semanas anteriores habían aglutinado, respectivamente, a siete y diez trabajadores del centro sanitario

Con Teclarización hacen referencia a una Fundación hospitalaria que lleva ocho siglos asilando y asistiendo a la ciudad, y en cuyo Hospital han nacido buena parte de los actuales tarraconenses y que, desde la donación de Guillermo de Aguiló, en la época del arzobispo Bernat Tort, en 1151, permitió a la ciudad disponer de un hospital, cuyo emplazamiento actual data del 24 de Febrero de 1588.

En la década de los sesenta del siglo pasado, el INP estableció un plan de dotación de centros sanitarios de la Seguridad Social en las capitales de provincia. Iniciadas las obras el 1965, la Residencia Sanitaria que, por acuerdo del 4 de octubre de 1967, se denominará de Juan XXIII, entrará en funcionamiento el 16 de octubre de 1967. Un hospital jerarquizado; es decir, organizado por servicios y con una plantilla sanitaria dedicada a horario completo. Con el traspaso de las competencias sanitarias, este Hospital se convertirá en el emblema del ICS en Tarragona y en el Centro Sanitario de referencia de toda la provincia.

Desde hace cuatro años los trabajadores del Hospital Joan XXIII han venido manteniendo una lucha contra la degradación de su trabajo, la precariedad de sus condiciones laborales y de la asistencia sanitaria que se ven obligados a prestar.

En este período hemos visto como se ha pasado de acciones unitarias de protesta de cientos de personas, en las que participaban miembros de todos los estamentos hospitalarios, a una larga agonía de pequeñas acciones durante el 2012 y el 2013 que, como máximo, aglutinaban una cincuentena de personas. En alguna ocasión, las reuniones celebradas con carácter informativo en la sala A de la planta cuarta, han conseguido pasar del centenar de asistentes.

Conforme declinaba la participación de los trabajadores en las asambleas y movilizaciones, aún quedaban fragmentos incandescentes en la continuidad de la lucha, ascuas de brasa que hicieron abrir los ojos de candidaturas, entidades, federaciones, grupos, iniciativas, movimientos, okupas y plataformas de todo tipo que trataron de arrimar el ascua a su sardina, evitando coger el ascua por la parte que quema, para mejor aprovechar la ocasión en su propio beneficio.

Algunos, en su discurso, han recalado en el problema sanitario para mantener un cierto grado de emoción e intriga, prometiendo noticias, sorpresas, sin llegar a referirlas. En su intento de tener a la gente en ascuas o de hacerles estar en ascuas, han utilizado el tiento, pero no siempre la prudencia. Su interés de hacer pisar sobre ascuas al personal ha sido evidente ante la proximidad de contiendas electorales. No siempre se puede tener un auditorio preparado sobre el que entrometer sus reivindicaciones, contra el que ejercer su adoctrinamiento.

Lo chic de una perfomance

Con el objetivo de difundir un posible cierre del Hospital Joan XXIII, unos colectivos han preparado una acción para los días 30 y 31 de julio que se centrará en reclamar la apertura de camas. El guión de esta acción artística exige ir disfrazados, vestidos con pijamas y batas para enfermos de hospital con carteles que pregunten sobre dónde están nuestras camas y con panfletos que resuman la situación denunciada.

La perfomance del día 24 de julio estuvo acompañada por una pareja de Mozas de Escuadra

Como no podía ser de otra forma, la puesta en escena que iniciará la jornada de lucha “En defensa del Hospital Joan XXIII” será una rueda de prensa. Los medios son los medios y todos los figurantes son sus circunstancias. Tras los medios, una charla de Albano Dante y una merienda. Tras ésta, los parlamentos de un concejal y de una diputada de la CUP. Después, actuación musical, cena y nueva actuación musical y a la medianoche del día 30, la proyección de La salud, el negocio de la vida. A la dormida en el Hospital, le seguirá el desayuno y una mesa redonda de CGT y CATAC-CTS sobre la situación de la sanidad en Tarragona. Con un pasacalle a las 10,30 horas, que recorrerá el Parque Sanitario Joan XXIII, concluirán los actos.

Vale la pena recordar que la perfomance tuvo su momento álgido en los noventa, tras un siglo de factores de improvisación para provocar o asombrar con un cierto sentido estético. A este arte en vivo, arte en acción del vanguardismo de los futuristas de inicios del siglo XX, del constructivismo, del dadaísmo y del surrealismo, se le presuponen actos que incluyan acción, movimiento y personajes ajenos a la obra. Acciones de un individuo o de un grupo que surgen en cualquier momento, sin que los espectadores se den cuenta de su inicio, en un lugar determinado y durante un tiempo concreto. Así lo suelen definir, por sus cuatro elementos básicos: el tiempo, el espacio, el cuerpo del figurante y la relación entre éste y el público.

Sin duda queda elegante, muy chic, muy a la moda. Pero, ¿quién está para divertimentos, para tremendismos o para patochadas?

Quienes viven de realidades tratan de dar soluciones a sus problemas al menor coste posible, sin determinismos mecanicistas, sin ideologías que todo lo complican. Saben que para resolver hay que simplificar, porque sino es imposible despejar la X de la ecuación y resolver el problema.

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