17/6/13

Artur Mas: Cualquier cosa antes que un presupuesto

Sin presupuesto, la Generalitat de CiU cabalga a lomos de ERC, que le impone sus dislates. Pero, no menores son los dislates de Molt Honorable Artur Mas. Acuciado por las encuestas, al presidente de la Generalidad se le acusa de parálisis y frente a esa acusación resolvió presentar su ”Pla de Govern 2013-2016”, un plan para su supervivencia política y para mostrar cómo ”el proceso nacional va ligado al progreso económico y social”. Un conjunto de medidas orientadas a mejorar “Barcelunya” que se engloban en 7 ejes, 77 objetivos y 355 medidas, de las que 212 serán actuaciones ejecutivas como el plan nacional de valores o el cierre de la cárcel de Tarragona y la apertura de la prisión de Mas Enric o el Plan de choque para los jóvenes que ni estudian ni trabajan (NINI), 65 de carácter legislativo como la ley de regulación de la ITV y 78 acciones normativas, como el decreto de extracción del coral rojo o el proyecto de decreto sobre animales de compañía y núcleos zoológicos. O el proyecto de decreto sobre fauna salvaje amenazada.

Para no ser menos que Alberto Cortez, que interpreta aquí Los ejes de mi carreta, el martes 11 de junio de 2013, Artur Mas soñó con siete ejes para tirar de su carreta en su viaje a ninguna parte

Y ¿Qué hay del presupuesto del 2013? Nada de nada. Artur Mas publicita un Plan para el período 2013-2016 y se olvida de elaborar un presupuesto. Mas y su govern dels millors como gestores públicos no tienen precio, están fuera de la lógica de la cosa pública, imbuidos como están de la cosa privada y enfangados como están en casos de corrupción.

A día de hoy, con casi un millón de parados y más de cien mil hogares sin ingresos en Cataluña, quieren mantener el 20% de recorte en educación, salud y bienestar, y ya han ejecutado más de 1.000 millones de euros en recortes. Todo ello, sin contar que, a 31 de marzo, la deuda vencida suponía el impago de 432 millones de euros a los hospitales concertados, de 301,5 millones de euros a las farmacias, o los 36 millones a colegios concertados (cuatro meses de retraso) que se han de abonar para colaborar en los gastos de funcionamiento y servicio.

Sin embargo, no se tiene presupuesto, pero, el govern ha convocado, hasta la fecha, cinco cumbres con cero resultados, y nadie sabe cómo piensa gastarse el dinero, ni cómo pagará sus facturas a 30 días después del cierre del mes. En Farmacia, las de los meses de noviembre (94,7 millones) y diciembre (99,4 millones de euros), todavía, no se han pagado.

Sin contar que de las 7.500 organizaciones privadas sin ánimo de lucro, las 4.000 agrupadas en la Mesa de Entidades del Tercer Sector Social de Cataluña, entidades privadas colaboradoras de la Generalitat que prestan servicios básicos a la ciudadanía -en el ámbito de sanidad, educación y servicios sociales-, acumulan deudas derivadas de la atención a colectivos sociales muy vulnerables que hacen insostenible su continuidad. En diciembre, el monto de los impagados de la Generalitat ascendía a 435 millones de euros. Sólo la Consejería de Bienestar Social y Familia había retrasado unos pagos de 70 millones de euros. Además, las administraciones locales catalanas les debían 155 millones de euros y otros 50 millones el resto de administraciones públicas.

Con el estribillo de ¡España nos roba!, una gran mayoría de ciudadanos de Cataluña siguen sin saber las aportaciones del Estado y qué pagos atienden. Con su “todo es culpa de Madrit”, el nacionalismo catalán cree haber encontrado un “gancho electoral”, directo y efectivo, para tapar su propio despilfarro y su corrupción. Con la repetición continuada de sus mantras, quieren que se piense que fuera de España y de la Unión Europea, Cataluña mantendría el mismo PIB y su capacidad de generar riqueza y que, prácticamente, no habría accidentes de tráfico y que los pensionistas catalanes cobrarían 2.500 euros más al año.

Sin embargo, no despejan la incógnita de por qué no se mejora la calidad de vida de los necesitados, no se mejoran las infraestructuras o no se mantienen los servicios socio-asistenciales. La única respuesta que recibe la ciudadanía es el agitar de banderitas, que les hacen ver las estrellas de los hospitales cerrados, de los quirófanos a medio gas, de los farmacéuticos que no pueden afrontar sus deudas por lo que les adeuda el gobierno catalán, del euro por receta, de los medicamentos fuera del sistema de seguridad social, aunque sean imprescindibles para la vida cotidiana, ya que, sin necesidad de alambradas de ningún tipo, se van eliminando a los débiles y a los enfermos.

Una situación caótica que ha conducido al maquillaje permanente de las cuentas de la Generalitat. En las famosas Balanzas Fiscales, el maquillaje infla las aportaciones de Cataluña al resto del país para justificar el adoctrinamiento separatista en las escuelas públicas y el blindaje de su inmersión dialéctica. Con unas cuentas deudoras siempre por finiquitar, la quebrada Generalitat ve con envidia como las familias, aún sin recursos, gestionan mejor sus cuentas por míseras que éstas sean.

El proceso presupuestario

Y nuestros gestores siguen sin disponer de un presupuesto que determine cuáles son las prioridades del govern, que permita un debate parlamentario sobre las mismas, sobre la posibilidad de nuevos ingresos u otras figuras fiscales y sobre la limitación del déficit negociado con el Estado para ese ejercicio. Cuestiones que, junto a la necesaria austeridad, implican mayores o menores recortes a aplicar por la Generalidad, condicionan la reducción de la calidad asistencial se impondrá a los servicios públicos o cómo aumentarán las desigualdades y los problemas que éstas comportan.

El presupuesto público actúa como un instrumento de gestión del Estado para el logro de resultados a favor de la población, a través de la prestación de servicios y el logro de metas de cobertura con equidad, eficacia y eficiencia por parte de las Entidades Públicas. Es el documento financiero del Estado, o de otro nivel de la administración pública, que equilibra ingresos públicos y gasto público en el año fiscal. El presupuesto constituye la expresión cifrada, conjunta y sistemática de las obligaciones (gastos) que, como máximo, pueden reconocer y los derechos (ingresos) que prevean liquidar durante esa anualidad. Durante el año fiscal, limitan, pues, los gastos, para cada una de las Entidades del Sector Público y los ingresos que los financian, acorde con la disponibilidad de los Fondos Públicos, a fin de mantener el equilibrio fiscal.

Un proceso tal justifica la existencia de una Unidad de Programación de las acciones del Estado, a la que se le asignan funciones para tratar de lograr un resultado para una población objetivo, en concordancia con los objetivos estratégicos formulados en la política de Estado, que involucra a entidades de diferentes sectores y niveles de gobierno.

A ese conjunto de órganos, normas y procedimientos de todas las entidades del Sector Público se le denomina Sistema de Presupuesto Público. A nivel de todas las entidades y organismos del Sector Público que administran fondos públicos se establecen oficinas o dependencias en las cuales se conducen los procesos relacionados con el Sistema. En todas sus fases, el proceso presupuestario se conduce de forma integrada por una Dirección del Presupuesto y sus Unidades Ejecutoras.

En los presupuestos públicos existen nociones esenciales y básicas como:
El Gasto Público, como conjunto de erogaciones (término que se refiere al reparto de algo) con cargo a los créditos presupuestarios respectivos que, en concepto de gastos corrientes, gastos de capital y servicio de deuda e inversiones, realizan las Entidades para atender la prestación de los servicios públicos y acciones desarrolladas de conformidad con las funciones y objetivos institucionales.
El Crédito Presupuestario, o dotación de recursos consignada en los Presupuestos del Sector Público, con el objeto de que las entidades públicas puedan ejecutar gasto público. Es de carácter limitativo y constituye la autorización máxima de gasto que toda entidad pública puede ejecutar, conforme a las asignaciones individualizadas de gasto, que figuran en los presupuestos, para el cumplimiento de sus objetivos aprobados.

El Congreso, Asambleas o Parlamentos tienen la atribución para elaborar la ley de Presupuestos, norma legal contemplada en todos los ordenamientos jurídicos, que aprueba en los últimos días de diciembre para ordenar todo lo concerniente al próximo ejercicio. En ella se relacionan los ingresos y recursos que ha de obtener el Estado, Comunidad Autónoma o cualquier otro nivel de la Administración Pública, de acuerdo con las leyes constitucionales y tributarias, a fin de cumplir con sus fines y satisfacer las necesidades de la sociedad, mediante la ejecución de los gastos a que se ha comprometido por propia exigencia administrativa o de índole económico-social. Por su especial característica, legislativa y de control, la ley de Presupuestos puede tener una tramitación especial o distinta de las otras leyes.

El fundamento del presupuesto público es su carácter jurídico como institución jurídica fundamental del derecho Público, que sanciona la competencia del poder legislativo para controlar la actividad financiera del Estado, al ser el Congreso la manifestación del carácter representativo de la soberanía popular. De esta naturaleza política y de instrumento de control se deriva que es un documento de elaboración periódica, que ha de adoptar una forma contable, formalmente equilibrada, sin que por ello desde el punto de vista económico esté equilibrado, puesto que concreta el plan económico de la Hacienda Pública. Un documento que ha de ser renovado periódicamente, normalmente un ejercicio económico anual, y que supone una autorización de gastos y una previsión de ingresos.

Elementos y fases de un presupuesto

Un presupuesto puede introducir herramientas institucionales que trascienda el propio ejercicio con proyecciones macroeconómicas a medio plazo que establezcan límites de gasto al tener en cuenta endeudamiento y recursos futuros. Un presupuesto tiene como objetivos: la estabilidad y disciplina macrofiscal, la eficiencia en la distribución y en el uso de los recursos. Con proyecciones a medio plazo se estiman los gastos de las agencias gubernamentales para darles cierta predictibilidad.

Los presupuestos públicos para ser suficientemente transparentes y comprensibles necesitan un intercambio de información y de propuestas, así como simplificar su estructura en todos sus niveles y fases

Generalmente, el gasto se clasifica por función, sector o ministerio. De esta manera, se coloca recursos para las prioridades de la nación a la vez que se cuida la disciplina fiscal. Las peculiaridades de cada país otorgan un amplio margen a la vida de un presupuesto público, un instrumento de preparación y control que es obligación del Estado, que suele tener cuatro fases esenciales que se solapan cronológicamente:
• Una de Elaboración que desarrolla el poder ejecutivo, con negociaciones múltiples entre los responsables de su confección (que ha de buscar el equilibrio financiero o presupuestario de ingresos y gastos) y los departamentos ministeriales y órganos del Estado. En este proceso actúan: el gobierno central, constituido por los operadores constitucionales; gobiernos regionales; gobiernos locales, municipalidad provincial y distrital; organismos descentralizados; instituciones públicas descentralizadas, la sociedad de beneficencia pública; empresas públicas, privadas o mixtas.
• Otra de Aprobación en Cortes, Asambleas o Parlamentos, del proyecto presupuestario elaborado por el gobierno. En sede parlamentaria se discute, se introducen enmiendas y, en su caso, se aprueba.
• Otra de Ejecución presupuestaria mediante la actividad de la Administración orientada a la obtención de los recursos e ingresos y a la realización de los gastos previstos para un período determinado, generalmente anual.
• Otra de Control que se realiza por los interventores y, a posteriori, mediante la comprobación del correcto gasto del dinero.

Toda ley de presupuestos se ha de adecuar a principios como:
• El de Competencia popular, pues corresponde al pueblo, como titular de la soberanía nacional, la fijación de todo cobro y pago del Estado. Es decir, corresponde al Poder Legislativo la aprobación y promulgación del Presupuesto.
• El de Universalidad, puesto que el presupuesto ha de recoger la totalidad de los ingresos y gastos derivados de la actividad financiera del Estado, para su adecuado control por el Parlamento.
• El de Especialidad cualitativa, cuantitativa y temporal, que fija la asignación exacta de los recursos para los objetivos fijados en el presupuesto. Un principio que se puede atenuar, a través de los procedimientos establecidos, con las transferencias presupuestarias autorizadas entre distintos conceptos del presupuesto. La autorización que supone el gasto público tiene como ámbito temporal el que fija el presupuesto.
• El de Publicidad, como consecuencia inevitable de afectar su contenido a todos los ciudadanos.

Ahora, sólo falta que Artur Mas y su empandillado ejecutivo salgan de su ensoñación y vuelvan a poner los pies en el suelo. ¡Ya está bien de levitar con cargo al presupuesto público!

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