27/3/12

CDC: Caciques de Cataluña por un Estado propio


El XVI Congreso de CDC, celebrado en Reus, ha recopilado las clásicas amenazas y el permanente victimismo del pujolismo. Las intervenciones se han dejado llevar por la deriva independentista en plan policía malo. En la última de ellas, Artur Mas aparece como policía bueno y llama a la moderación para tratar de sumar “a la mayoría” de catalanes y no quedarse como una minoría. El Congreso no trató ninguno de los problemas que afectan a los ciudadanos; especialmente, los millones de catalanes afectados por su política de recortes y privatizaciones de los bienes públicos.
La instantánea de El Mundorecoge el discurso inaugural de Jordi Pujol y su arenga militar:"Y si alguien es capaz de guiar esta batalla somos nosotros. La tropa de choque será la de Convergència"

Del Congreso de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) se ha salido con una dirección renovada, de la que han desaparecido los nacionalistas moderados, y con la aprobación de una ponencia soberanista que describe estructuras propias de Estado para Cataluña, “como cualquier Estado de la Unión Europea”, “incluso una Hacienda propia”.


El Congreso enumeró toda la retahíla de términos eufóricos del independentismo pujolista: salvar la patria, soldados derrotados, tropa de choque, batalla épica, ganar la batalla, independencia, Estado propio. La idea del “Estado propio” fue defendida por el Consejero de Interior, Felip Puig, y enfatizó que buscarán el pacto fiscal “por la vía del diálogo de la negociación democrática o por la vía de la radicalidad democrática”, y sin ese pacto “buscaremos otros objetivos, como un Estado propio en el marco de la Europa a la que pertenecemos”.

Coronación de Pujol II

Como estaba previsto la estrella del Congreso fue Oriol Pujol Ferrusola. El independentista Salvador Sostres lo describe así: “Cuba, Corea, Cataluña. Fidel se lo dejó a Raúl. Jong-il se lo dejó a Kim Jong-un, y Jordi Pujol al menos listo de sus hijos, Oriol, que precisamente por eso se ha dedicado a la política”. Oriol Pujol, el de la pancarta de Catalonia is not Spain durante los juegos olímpicos de Barcelona, cuando España entera se volcó con todo tipo de recursos para el éxito del evento mundial que tanta propaganda representó para la ciudad condal. La escenificación del padrino Jordi Pujol presentando a su retoño –un insustancial y un indocumentado, según Sostres- a las amistades para confirmarles el relevo en ese tinglado que es la legendaria farsa del nacionalismo catalán, que pacta con el PP y se desahoga en sus congresos para solaz de ERC y del resto de la “patum” independentista. Mientras, los afiliados y votantes de Convergencia dando vueltas en círculos. Veamos que dice Sostres, “un nacionalista catalán es un tipo buscando un gato negro en una habitación a oscuras sabiendo positivamente que el gato no está”.
Para Oriol Pujol, coronado como Pujol II en el Reus del XVI Congreso, sería simplificar decir que CDC es un partido independentista. Como Pujol I hará de la lengua, la educación, la policía y de la excesiva, sesgada, interesada y manipulada afirmación de España nos roba el fundamento del autogobierno de Cataluña. Pujol II ha sido coronado con la autorización de un Mas, a quien Jordi Pujol trató de segar la hierba bajo sus pies al no conseguir formar gobierno en dos legislaturas y a quien trató de depresivo.

Oriol Pujol es hijo del que fuera alférez de infantería Jordi Pujol, al que se permitió hacer sus pinitos de medicina sobre despavoridos reclusos en la cárcel de Torrero de Zaragoza, un personaje soberbio especializado en insultar a los inmigrantes por ser “hombres poco hechos” y en ningunear a todos los ciudadanos de Cataluña que no sean nacionalista, un presidente de la generalidad que recibía en su despacho a don Juan de Borbón y ante él se arrodillaba expresando: “Mi Señor natural, el Conde de Barcelona”. Un Jordi Pujol que hizo todas las jugadas posibles para impedir que Josep Tarradellas ocupara la presidencia de la Generalidad.

Oriol Pujol, señala a los suyos la ruta para "huir de las aguas podridas que ahogan Catalunya". ¿Estaría pensando en disolver CiU por implantar la corrupción transversal, foco de la mayor podredumbre de Cataluña?
Oriol Pujol es hijo de Marta Ferrusola, una empresaria surgida de las influencias políticas y de las ayudas públicas de la Generalidad, que representa al nacionalismo más radical, al nacionalismo más paleto, caracterizada por una sucesión de groserías en las recepciones a las que acudía como consorte del presidente de la Generalidad.

Oriol Pujol, hijo de ambos personajes. De ese pujolismo conserva –como dice Alfonso Ussía- “un cínico mercadeo de adhesiones y deserciones, de abrazos y distancias, de besos y patadas en el culo a España, que terminaron por elevar el nacionalismo catalán a la categoría de sistema”. Oriol Pujol pertenece, pues, a un entorno que suele verse envuelto en todo aquello que compendia el Código Penal en su Libro II sobre delitos y penas.

¿Qué pensarán muchos catalanes al ver, oficialmente, convertida Convergencia en la Cosa Nostra de la familia Pujol? ¿Qué pensaran los afiliados de base y votantes de CDC que no están por el tema soberanista y otros sucedáneos? ¿Qué pensaría el empresario tejano Jhon Rosillo, amigo de ese clan familiar, condenado por su implicación en los escándalos de construcción y especulación de la Villa Olímpica barcelonesa, huido y dispuesto a declarar ante la fiscalía española sobre los mismos; pero, que no pudo hacerlo al aparecer, casualmente, muerto en una habitación del Hotel Ambassador de Ciudad de Panamá?

¿Qué pensará el moderado Duran Lleida de sus socios de coalición? ¿Estarán, también, por la deriva independentista como estrategia de la coalición? ¿Será capaz CiU de recuperar el “seny” perdido entre tanta amenaza y victimismo? ¿Será capaz Artur Mas de ordenar la deriva soberanista o la utilizará para justificar el batacazo económico que su gestión supone para Cataluña?

Artur Mas: abrazos, aplausos y amenazas

Artur Mas, que sustituirá en la presidencia de CDC a un Jordi Pujol convertido en presidente-fundador, ha devenido en un trilero que juega, de farol, con la bolita y los tres vasitos para que los incautos de la sala apuesten en la creencia de que acertarán y ganarán. Sin hablar de independencia se planteó que “si existieran los Estados Unidos de Europa, Cataluña sería Massachussets, un estado desarrollado y con capacidad de inversión”.

Artur Mas se funde en un abrazo con el recién coronado como Pujol II

En el Congreso, los de Artur Mas concretaron sus reivindicaciones bajo la forma de amenazas:
• Ley de consultas catalanas, aunque saben que solamente servirá para preguntar a los ciudadanos cuestiones de la competencia exclusiva de la generalidad y, siempre y cuando no sean por vía de referéndum. La ley de consulta no admitiría preguntas, por ejemplo, sobre el Pacto Fiscal.
• Pacto fiscal, por no decir concierto económico. Este tema, lo ve CDC como un filón inagotable, ya que la desinformación que padece parte de la sociedad catalana sobre el tema de la recaudación y la imputación real de lo recaudado en Cataluña, les induce a creer en ese expolio fiscal que jadean los nacionalistas.
• Adelanto electoral para recabar apoyos para convocar un referéndum sobre el pacto fiscal.
• Creación de una Hacienda propia al margen de España.
• Ruptura con el PP para tratar de conseguir el Pacto Fiscal y ofrecer una imagen distanciada del PP a tres días de la huelga general contra la reforma laboral que ella misma votó. Poco importa que los presupuestos de la Generalidad los haya podido sacar adelante con el apoyo del PP o que hayan pactado en la Corporación Catalana de Mitjans Audiovisuals.


Sin duda, estos últimos treinta años muestran cómo algunos catalanes gustan de sentirse engañados por otros catalanes y esperan que los no catalanes les den mucho más que lo que ellos están dispuestos a dar. Pero, la realidad no tiene nada de ese ilusionismo infantil. El batacazo comienza a ser de tal calado que, incluso el Instituto de Estadística de Cataluña, habla de contracción de golpe del PIB catalán a consecuencia del desplome de la actividad industrial y de la desaceleración de la rama de los servicios, que muestra la caída de la demanda interna y un brutal descenso de las importaciones que permite mantener en positivo el saldo exterior, aún a pesar de la desaceleración de las ventas hacia los principales países de la Unión Europea.

Es justo reconocer que la herencia recibida del tripartito (PSC-ERC-ICV) y el intervencionismo propio de CiU en el ajuste del sector público hacen que la tasa interanual del PIB convierta a Cataluña en la primera comunidad autónoma que registra un doble decrecimiento.

Una Cataluña que, tras treinta años de gobiernos nacionalistas, está fuertemente subvencionada, y que deberá aprender a conjugar verbos como ajustar, recortar, reducir, eliminar, extinguir, fusionar, vender…manteniendo la solidaridad como premisa indispensable.

La corrupción, el pal de paller del pujolismo

El Pujolismo tejió una maraña de irregularidades y empresas publicas, sociedades mixtas o de empresas privadas subvencionados hasta la cabeza, sobresueldos y salarios astronómicos para los suyos, indemnizaciones millonarias y miles de facturas falsas para gratificar a sus políticos y cargos de confianza. Un colapso financiero propio, exclusivamente imputable a un nacionalismo, que ha dejado sin liquidez alguna a las administraciones e instituciones públicas catalanas. Incluso, el sancta santorum del catalanismo, el Liceo, no se ha salvado de la quema.

Ni una palabra a la corrupción transversal impuesta por el pujolismo desde sus comienzos de gobiernos allá por los años ochenta. Una corrupción transversal que delata con plena claridad a CDC, al PSC, a UDC, ERC e ICV; es decir, aquellos partidos que han dispuesto de poder en la autonomía catalana. Una corrupción transversal que el semigratuito La Vanguardia se ha encargado de santificar, creando la imagen de un “oasis catalán” que tapa cualquier práctica deleznable como la del 3% de comisiones a los partidos de gobierno para poder operar empresarialmente en Cataluña. Cohechos, convolutos, corruptelas, desmanes, financiación ilegal de partidos, prevaricación, sobornos de una casta parasitaria instalada en el latrocinio institucionalizado con sus puntas de iceberg de las tramas urbanísticas con planes generales y con una extensa red de caciques locales, que, a veces caen, en detenciones espectaculares y macrojuicios televisivos.

A lo largo de más de treinta años, el nacionalismo catalán ha tejido su red clientelar con tantas dependencias e intereses que han conformado una telaraña imposible de destejer, salvo con un buen tajo. A nivel electoral, la corrupción siempre puede más que los deseos de regeneración de una sociedad. Amiguismo, corruptelas, ayudas y subvenciones de todo tipo y pobreza constituyen el entorno de la corrupción, el espacio natural en el que se mueve el caciquismo.

El Pujolismo siempre ha sido una máquina de aplaudir sus propias gracias. Vean a Oriol Pujol en actitud beatífica


Manifiesta el Congreso que “Queremos legar una Cataluña libre, justa e independiente que ocupe un espacio propio, con voz propia en el siglo XXI”. El nacionalismo ha tenido treinta años, más de treinta años de poder absoluto, un poder necesariamente corrupto y corruptor, y, todavía hablan de “libre, justa e independiente”. ¿Qué han hecho, pues, CDC y sus secuaces, y sus coaligados y el resto de comparsas en todos estos años?

Libre ¿para qué? Para qué los jóvenes bárbaros nacionalistas amenacen, agredan, insulten a las personas contrarias a sus delirios; boicoteen a quienes pretendan ejercer su libertad en Universidades, centros de enseñanza; impidan dar conferencias o realizar cualquier acto público.

Libre ¿para qué? Para qué el maestro-comisario político, tal y como se denunció en el Parlamento de Cataluña, pueda colocar pegatinas rojas sobre los niños que, en el recreo, cometan el delito de expresarse en español.

Libre ¿para qué? ¿Para que una elite de la policía autonómica investigue al adversario político?, o ¿para que se impida a la policía autonómica investigar otras cuestiones tan vitales como la corrupción transversal que sufre Cataluña, tal y como vienen denunciando sus sindicatos policiales? ¿Libre para que sean los propios policías quienes se costeen los chalecos antibalas que les han de proteger de la acción criminal de la delincuencia organizada y de la delincuencia común?

Justa ¿para qué? ¿Para que campeen a sus anchas todos los clanes familiares y mafiosos que dominan buena parte de los aparatos de los partidos políticos, y que condicionan a su favor la acción de la justicia, y que, cuando ésta falla en contra de la delincuencia política, obtengan el correspondiente y perceptivo indulto?

Justa ¿para qué? ¿Para incumplir una tras otra todas las sentencias de los Tribunales que son desfavorables a los intereses del nacionalismo catalán?

Independiente ¿para qué? ¿Para que el nacionalismo catalán someta Cataluña a las exigencias de los intereses norteamericanos? ¿Para que el nacionalismo catalán pueda hacer entrega de Cataluña a los intereses estratégicos e imperialistas del mundo árabe? ¿Para que los dirigentes nacionalistas no tengan ningún tipo de cortapisa para seguir realizando sus desmanes a plena luz del día y evitar hacerlo a escondidas, tal y como lo vienen realizando ahora?

Para eso, y no para otras cosas, Jordi Pujol llama a los nacionalistas a preparase para librar una batalla épica contra el Estado. Esencialmente, para justificar que la comunidad más rica es la peor administrada de las diecisiete, que se pierde hasta límites increíbles en asuntos menores que se utilizan como señuelos para despistar a la ciudadanía. Y esto lo dice en el ocaso de su vida, ese irresponsable que siempre ha sido Jordi Pujol que, parapetándose en la política, se ha ido librando de todos los escándalos de corrupción y estafas en los que se vio envuelto a lo largo de su vida.

Pujol y su clan político nunca han querido control alguno. Saben que si los únicos controles radican en Cataluña su dominio será indefinido e irrevocable, acostumbrados como están a operar con manifiesta impunidad. Saben que los únicos controles que funcionan en Cataluña son los del Estado y eso no lo pueden consentir. Así, es de sencillo el asunto.

Repasen señores la historia de Banca Catalana y los BOE del año 1959, explican muchas cosas de la actualidad inmediata. Al tiempo, vigilen sus carteras con esta gente. Como me dijo en 1995 un ex diputado de CDC: "no sabes Julio la gente que está subiendo en todos los partidos, no tienen valores de ningún tipo y desconocen toda ética". Ciertamente, ¡lo clavó!

Quizás, a Oriol Pujol le traicionó el subconsciente cuando dibujó la ruta de CDC “para huir de las aguas podridas que ahogan a Cataluña”. Para un buen número de catalanes, esas aguas podridas la representan la Cosa Nostra catalana, los clanes y organizaciones que la apoyan.

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