11/11/15

No s’arronsi, president, arrossegui’s davant la CUP

Artur Mas recibía de su amigo Grifols la incitación a seguir con el “prusés”, espetándole: “no s’arronsi, president”. Pero, mientras instaba a Mas a mantenerse en la sedición, él, en previsión de la debacle de la “Catalunya independent”, trasladaba la producción de su empresa a Irlanda, para permanecer en la Unión Europea y seguir accediendo a los créditos del BCE y a las ayudas de los fondos europeos.

Ahora, cuando el espectáculo circense del independentismo en el Parlament sigue su curso para ocultar la corrupción y liberar a los “Klanes corruptos”, cabría completar aquella frase: No s’arronsi, president, arrossegui’s davant la CUP. Es decir, no se arrugue, presidente, arrástrese ante la CUP.

Así, el mismo día que el secesionismo presentaba su resolución de ruptura y desacato al Tribunal Constitucional, el fariseo Artur Mas anunciaba dos recursos ante ese tribunal por invasión de competencias del Gobierno de España. Tras hacer caso omiso a toda legislación y jurisprudencia española y europea, un Mas esperpéntico avisaba que comunicaría su ruptura a España y a Europa. Al impulsar la desobediencia y aborrecer la legalidad, el Parlament pretende, ahora, exigir respeto a las normas que él dicte. ¿Qué seguridad jurídica puede ofrecer quien ha establecido el desacato como instrumento de su acción? ¿Cómo impedirán que los ciudadanos acaten una leyes y no otras, o a la inversa? ¿Quién decidirá cuál es el cuerpo normativo a cumplir y cuál no? ¿Puede tener alguna credibilidad el que se arrastra de tal forma para conseguir su investidura y quienes tratan de humillarlo ante la ciudadanía? ¿Ese es el miserable futuro que espera a la ciudadanía catalana?

La pantalla del hemiciclo del Parlament muestra el resultado de la votación. La minoría con más escaños vence a los partidos que obtuvieron la mayoría de votos emitidos el 27-S, pero que dispone de menos escaños por efecto del sistema D’Hondt

La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, presentó la candidatura de Artur Mas para la presidencia de la Generalitat y propuso votar la resolución de ruptura con España. Dos actos que han demostrado que de un solo “poble”, rien de rien, que el separatismo ha conseguido fragmentar y enfrentar a la sociedad catalana, dividiéndola en casi dos mitades. Con el agravante de que si “ellos son el único pueblo catalán” –Forcadell dixit, la mayoría de catalanes será un cuerpo extraño y extranjerizante que han de tratar de extirpar.

El timo del “poble català”, el viejo truco del pueblo monolítico y unánime, es otra falacia más que se les ha hundido, pese a ser inoculada por el nacionalismo para provocar el conflicto permanente. Realmente, ¿el “poble” les ha dado un mandato para romper con el resto de España? ¿No será que, llevados de su iluminismo, los dirigentes separatas no han superado, todavía, la fase adolescente y siguen optando por la mentira sistemática y las trampas para salirse con la suya?

Con su opción por la desobediencia, el desacato, la rebeldía sediciosa y la traición, el “govern” de la Generalitat no puede representar a la mayoría de catalanes libre de nacionalismo, que se han de fijar metas comunes e ilusionantes para reconstruir la sociedad que el separatismo ha destruido durante estos treinta y cinco años. Años en los que han repetido miles de veces sus mentiras en su pretensión de convertirlas en verdades. Años de oscuridad, bajeza y mezquindad, de caciquismo resentido, de odio al vecino para reducir Cataluña a un gueto corrupto, decadente, desfasado, ignorante, imperialista, monolingüe y sectario. El odio y las malas caras es la gran aportación del nacionalismo-separatista contra quienes defienden la paz, unión, igualdad y bilingüismo.

Tras la aprobación del inicio del proceso de ruptura, los aplausos de algunos diputados separatistas y miembros del “govern” no era, precisamente, entusiasmo lo que transmitían. Incluso al conseller Andreu Mas-Colell no se le vio aplaudir, sino que sostenía con ambas manos unos papeles para evitar realizar ese gesto. Al día siguiente, Carme Forcadell enviaba una misiva, con el texto de la declaración, a Mariano Rajoy, Martin Schulz, Jean-Claude Juncker, Ban-Ki-moon, al secretario general y al presidente del Consejo Europeo y a los embajadores en España.

Conato de investidura

Tras el primer conato de investidura, rechazada por el Parlament con los votos en contra de C's, PSC, PP, Catalunya Sí que es Pot (CSQEP) y la CUP, Artur Mas se cita en privado para pactar el apoyo de la CUP. Para la segunda votación del jueves día 12 de noviembre, Artur Mas precisa un total de 64 votos, y sólo tiene asegurados 62 votos. Un Mas mendicante que trata de conseguir su reelección, regateándole dos votos a la CUP y buscando la abstención de sus otros ocho diputados.

Pero, si la CUP mantiene su promesa de no votar a Artur Mas, dada las distancias que mantiene con Antonio Baños, no se desencallaría la cuestión y se abriría un periodo de dos meses, hasta el 9 de enero de 2016, para celebrar nuevos debates de investidura. Si fracasaran los nuevos intentos, se debería convocar elecciones en primavera.

En las escaleras del Parlament fue tomada esta instantánea. Mas suplicará una reunión con la CUP para ser investido president

Para Baños, en la proclamación de la independencia “no sobra nadie pero nadie es imprescindible". Por eso, la CUP ha pedido a Junts pel Sí que proponga como candidato a Raül Romeva. Por el contrario, Artur Mas reitera su candidatura y ha pedido que, al margen del Parlament, los 72 diputados independentistas se reúnan para votar por mayoría, de forma secreta, al presidente de la Generalitat. Es decir, que sólo 37 diputados sean suficientes para nombrar un presidente. ¡De auténtica traca!

También, Artur Mas ha ofrecido “diálogo” a los partidos de oposición (C's, PSC, PP, CSQEP) para llegar a acuerdos en la gobernabilidad del día a día, que le permitan continuar al frente del cotarro, y evitarle depender de la CUP. Evidentemente, desde hace tiempo, en Cataluña existe un problema de gobernabilidad. Y Artur Mas ha dinamitado muchos puentes, incluso con el empresariado.

¿Dónde está Oriol Junqueras y su cohorte de ERC-MES-MDC? ¿Quién va a liderar el proceso? ¿Será el fin del “prusés”? ¿Acabará la leyenda de tonto útil de Mas a ritmo de charanga y chirigota, entre la juerga y el cachondeo? ¿Qué camino seguirá Artur Mas en su huida hacia delante? ¿El de la trena? ¿Lo veremos in-“vestido” con un traje a rayas? ¿Le han abandonado ya los “Klanes corruptos”?

El triste espectáculo de La Vanguardia

El diario del Sr. Conde de Godó arremete estos días contra el blog Dolça Catalunya, escribiendo su redactora, Marina Meseguer, totalmente de oídas y sin comprobar ningún dato de lo que exponía. De nuevo, La Vanguardia con sus bellaquerías.

La Vanguardia, que hasta el martes 10 de noviembre era un panfleto nacionalista, sectario, hilarante e intolerante conocido como la Guadaña, escribe un histórico editorial. Su título, “Por la rectificación”, alerta sobre el error del órdago de Artur Mas, que “debe ser rectificado” después de las elecciones generales porque la sociedad catalana "mayoritariamente no desea rupturas ni teatrales esguinces". El conde de Godó gira su estrategia tras aprobarse la resolución independentista. Asegura el diario que, en menos de 48 horas, el Tribunal Constitucional acabará con anhelos secesionistas. Califica de “parodia” la escenificación del Parlament con la, moción aprobada que pone “en riesgo” "la propia autoestima de los catalanes".

Artur Mas se someterá mañana a la rueda de la fortuna del Parlament. ¿Cuántos millones costará la broma?

Para el diario, la resolución es "retórica, hiperbólica y mal redactada", “maximalista”, "rotundamente inconstitucional a cambio de nada", que “choca con la Constitución vigente y está "al margen" del orden europeo". Considera La Vanguardia

La Vanguardia culpa a la CUP de arrastrar a Mas a su molino, con sólo diez escaños y el 8,2% de los votos emitidos. Considera decepcionante y un error la jornada del 9 de noviembre. "No fue un día alegre" y el "semblante" de Artur Mas lo muestra–dice el diario. Pide "reflexionar urgentemente" sobre ello y propiciar una "inteligente rectificación". "Nada se ha roto aún de manera irremediable. Hay que empezar a trabajar ahora mismo por una oportuna y eficaz reconducción. Hay tiempo. Existe una potencial mayoría parlamentaria para llevar a cabo esa rectificación después del 20 de diciembre".

Ciertamente, no hace falta leer La Vanguardia para comprender que la senda emprendida por Artur Mas y sus “Klanes corruptos”, a base de provocación tras provocación y deslealtad tras deslealtad, precipita a la sociedad catalana a la más profunda sima abisal, un lugar de muy difícil retorno.

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