1/3/15

El Parlament de Catalunya, pitorreado y miccionado. (II) La Madama del “Klan”

De la señora Marta Ferrusola se puede temer cualquier cosa. En plena época de los Oscars, la esposa de Jordi Pujol y madre de Jordi Pujol Ferrusola, compareció ante la Comisión de investigación sobre el fraude y la evasión fiscales y las prácticas de corrupción política, con la intención de ganar el premio a la mejor actriz, y que mejor ocasión que una comisión parlamentaria.

Marta Ferrusola declara sobreactuando ante la Comisión del Parlamento catalán

Ante un personaje así, no cabe otra posibilidad, por puro tratamiento de cortesía, que denominarla Madame o Madama. Una acepción, para la que el diccionario admite sinónimos como ama, aristócrata, cortesana, dama, dueña, matrona, mujer o señora.

Escuchar la palabra Madama y la mente remite a la ópera de Giacomo Puccini, Madama Butterfly, estrenada en el Milán de 1904, que narra la patética historia de una geisha de Nagasaki, Butterfly (Cio-Cio-San), que confía ciegamente en el amor de un cínico oficial de la Marina americana, Pinkerton, quien tras desposarla según una ley japonesa que le permite el repudio, regresa a su país. Cuando Butterfly descubre que su “amor” reaparece casado con una americana, y solicita hacerse cargo del hijo que ella ha dado a luz durante su ausencia, se le hunde “su obsesivo sueño occidental” y se suicida mediante el haraquiri. Cio-Cio-San, de delicadeza admirable y de profunda capacidad de amar, con su fragilidad y sensibilidad, será la protagonista del libreto.

Unos caracteres que poco, o nada, tienen que ver con nuestra madama. Una Marta Ferrusola que, en su comparecencia en el Parlament, para presentarnos su cruda e ignota realidad, expuso su antología del estrambote: "no tenemos ni cinco", "mis hijos van con una mano delante y otra detrás", “sólo trabajé para la Generalidad cuando le regalé a mi marido las plantas del despacho", y como gran perla, la de "Cataluña no se merece esto".

Quizás, con sus estrambotes, pretendía añadir gracejo y bizarría a sus interpretaciones de primera dama en la tragicomedia nacionalista. Pero, por mucha finalidad humorística pretendida, el versificar de Marta Ferrusola sólo conseguía pasar del sustantivo estrambote al adjetivo estrambótico, cuyo significado de extravagante, irregular y sin orden se asemeja más a las cualidades de esta Madama. Una matrona que, con el aflorar de sus prácticas en los últimos cuarenta años, ha descrito su débil orden moral, por no decir amoral.

Décadas interpretando papeles como el de “això és una dona”, en los que mostraba su preferencia por el ditirambo. La Madama deseaba que, como en esa antigua composición poética griega que se elevaba en loor de Dioniso, el dios de la vendimia y el vino e inspirador de la locura ritual y del éxtasis, le dedicaran alabanzas exageradas a su persona y a su “Klan”, cada vez con un encomio más excesivo y con un lenguaje más rebuscado y artificial.

En cada uno de los rituales nacionalistas puestos en escena, la Madama trataba de provocar el cántico laudatorio de sus adeptos. Como Dioniso en la mitología griega, Marta soñaba en convertirse en el personaje principal de la mitología nacionalista y que, al igual que al dios del vino, se le dedicaran festivales en su memoria.

Una Madama actriz, desmemoriada y algo trolera

David Fernández, el catabatasuno de la CUP y acomplejado xarnego, recibió a Jordi Pujol y Marta Ferrusola cuando acudieron a declarar sobre sus corruptelas a su Masia del Parlament. Pujol le sonríe y con su dedo índice le toca el pecho, David Fernández le escucha y asiente a las palabras del jefe del “Klan”. Todo queda en el cortijo. Otra xaronada més del matrimonio Pujol Ferrusola.

Jordi, Marta y David contándose secretitos y “sopars de duro”

Con semejante recibimiento, Marta Ferrusola se sintió crecida en su ego y comenzó su interpretación artística anunciando que "con todo mi respeto al Parlament, yo prefiero acogerme a mi derecho a no declarar". No obstante, sus dotes interpretativas sucumbieron ante la tentación de responder algunas preguntas planteadas por los grupos parlamentarios, limitándose en otras a decir “no lo sé”.

Como ya hiciera su marido, Marta Ferrusola, pasó de puntillas para sortear las cuestiones que le plantearon los diputados sobre la fortuna de los Pujol, acogiéndose a su “pequeña memoria”.

Oriol Amorós, diputado de ERC, abrió la tanda de preguntas sobre los viajes de Marta Ferrusola para llevar dinero a Andorra. Marta se mostró tajante: "Cuatro veces fui a esquiar y en tres ocasiones viajé en nombre de la fundación contra el cáncer Enriqueta Villavecchia". Intentó aclarar que nunca viajó para gestionar ningún fondo de su familia. "De ninguna manera. Eso es una trola”.

Además, cuando le recordaron la información del ex teniente coronel de la Guardia Civil José Matas Zapata, encargado de coordinar la escolta de los viajes de la familia Pujol a Andorra, y que declaró que, entre 1991 y 1997, la esposa del ex presidente autonómico viajaba al país vecino aproximadamente cada dos o tres meses, muchas veces acompañada por alguno de sus hijos, Marta Ferrusola volvió a la ironía para negar esos datos objetivos. Y los ciudadanos se preguntarán: ¿también esquiaba en verano?

Cuando a preguntas del diputado de C's, Carlos Carrizosa, sobre si había viajado a Andorra con escolta de agentes armados de los mossos, se dejó llevar de su ironía y sentenció: "Sí, sí, los Mossos iban armados hasta el cuello, con cuatro fusiles, escopetas y un tanque. ¡Por el amor de Dios. Ni hablar! ¿Qué quiere que le diga? Yo no he ido ni diez veces a Andorra. Madre de Dios, qué horror”.

Pero, el jueves veintiséis de febrero, el Conseller d’Interior se vio forzado a responder al diputado del PP, Pere Calbó, y a confirmar que Marta Ferrusola, cuando su marido era presidente de la Generalitat (1980-2003), “tenía la potestad de decidir” si quería la escolta de un agente de los Mossos en sus desplazamientos, incluso para sus viajes fuera de España. Los Mossos tenían la misión de garantizar la seguridad y la protección de las personas encomendadas, así como el cumplimiento de la normativa aplicable cada vez que salían de España, ya que se sometían a los requerimientos de los cuerpos de seguridad de cada territorio. El conseller Espadaler no quiso concretar nada más pese a la insistencia de la oposición.

Un ciudadano normal y corriente, Abelardo Macias, ha expuesto en la red que a finales de 1985, un domingo por la tarde, vio que un coche oficial camuflado, en el que viajaba la señora Ferrusola, intentó saltarse la cola de la frontera para entrar en España desde Andorra. Un policía nacional paró el coche y lo hizo retroceder y ponerse en la cola como cualquier otro de los vehículos.

Alto nivel de vida y otras sospechas

Desde el PSC, el diputado Terradas, le preguntaba acerca del elevado nivel de la familia y, en concreto, de su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola. Como sorprendida, la Madama contestaba "¿Elevado tren de vida?'', y justificaba la flota de coches de alta gama y la compra del Ferrari esgrimiendo: "¿Pero usted sabe cómo lo ha comprado? Desguazado completamente y después lo hizo arreglar".

Sobre el sospechoso nivel de vida de su familia, insistiría la Madama: “Usted no sabe lo que pasa en casa, la cosa es muy plana, eh, nada [de ritmo] elevado de vida", indicando que cada uno "ha hecho su vida".

Cuando el diputado de ICV-EUiA, Marc Vidal, hizo nueva referencia a la fortuna de la familia en cuentas Andorranas, Marta Ferrusola explicó que no sabía desde cuándo tienen el dinero en el país vecino, pero "Ahora no tengo ninguna cuenta en Andorra, ninguna", y haciendo mención a su familia afirmó: "¡Pero si no tenemos ni un duro!", y respecto de sus hijos afirmaría que "Van con una mano delante y otra detrás". Al preguntarle Marc Vidal si se sentía fracasada como madre al tener seis de sus siete hijos imputados en varias causas judiciales, Marta replicó: "No. Estoy muy orgullosa de mis hijos".

Salió en defensa de su marido cuando fue preguntada si creía que Cataluña está “en deuda” con su familia, asegurando que su marido "lo ha hecho todo con el corazón" y que Cataluña "es su pasión". En su intervención quiso dejar claro que "En conjunto, encontramos más gente que nos quiere que gente que nos rechaza",

Cuando la diputada de la CUP, Isabel Vallet, le enumeró los coches de lujo de su hijo mayor, Marta Ferrusola esgrimió ironía: “creo que le faltan 4 ó 5 más". Al preguntarle sobre su patrimonio, muy molesta sentenció: "Cada uno se sabe lo suyo, que es una cosa muy particular”.

Al ser preguntada por las declaraciones complementarias de hacienda realizadas el año pasado por más de 1,1 millones de euros, confesó que "si se ha hecho, se ha hecho y ya está", y que “me molesta tener que justificar mi patrimonio” e inquirió a su interlocutor: "¿Le incomodaría usted que le preguntara por qué lleva un vestido negro?".

La Madama, aficionada al paracaidismo, y el “Klan” siempre han mostrado su pretensión de altos vuelos, como los que describen los drones y dronas

En respuesta a otras preguntas del diputado de Ciutadans, Carlos Carrizosa, que le atribuían prácticas corruptas a su familia, aseguró que le apenaba participar en la comisión de investigación: “A mí me da pena este diálogo; mucha pena". Visiblemente molesta, Marta Ferrusola afirmó: "Catalunya no se merece esto".

Cuando se le cuestionaron los contratos entre las empresas de su familia y la Generalidad, manifestó que "Tendríamos que saber si es verdad todo eso”. Aseguró que "no es verdad" ninguna de las acusaciones que se les hacen y acusó de mentir “largo y tendido” a Ramón Pedrós, ex jefe de prensa de su marido, por declarar que ella “tenía las puertas abiertas de la Generalitat”, ante la que mediaba para beneficiar a las empresas de sus hijos. Sobre las adjudicaciones de la Generalidad a su antigua empresa Hidroplant respondió que "no nos presentamos nunca a ningún concurso" y que no recordaba, ni por aproximación, cuál fue el volumen de dicha contratación.

También negó la declaración de María Victoria Álvarez, ex pareja de su hijo Jordi, que afirmaba que Marta Ferrusola había indicado a su hijo que "los 400.000 ya están donde tenían que estar".

Cuando se le insistió que su familia pidiera levantar el secreto bancario de las cuentas en Andorra y así demostrar lo que afirman sobre ellas, la Madama señaló que "Yo de bancos no entiendo". Sin embargo, estuvo relacionada primero con la Banca Dorca y, posteriormente, con Banca Catalana.

Sobre la procedencia del legado de su suegro, que la familia ocultó, indicó a su interlocutor. "Usted es muy joven, no sabe cómo eran estas cosas. En una cajonera se dejaba un papel para el día que te morías diciendo: tengo tanto dinero para vosotros en tal lugar. Y ya está. Eso era un dinero negro, y ya está". A la pregunta de cuándo se enteró del legado y cuándo se depositó en Andorra contestó: "No le puedo decir porque mi memoria es muy pequeña". Tampoco entendía por qué su cuñada no sabía nada de la herencia y aseguró que, aunque esas cosas se llevan con discreción, "Si no quieres que el polvo se levante, más vale callar”.

Si por algo se le puede declarar confesa y convicta es por sus frases antológicas, que sólo pueden convencer a los adeptos, pero a los muy adeptos y de bajísimo coeficiente intelectual. Ciertamente, Cataluña no se merece a este "Klan".

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