La máscara del lenguaje ideológico

En España, las ideologías no pretenden canalizar la razón sino ocultarla y destruirla mediante un lenguaje que todo lo falsifica, todo lo justifica y todo lo vende como necesario. Máscaras para ocultar la falta de sentido de sociedad, de metas éticas y colectivas. Máscaras para vivir de apariencias y de mentiras, para comunicar lo contrario de lo que realmente hacen sus portadores. En las mascaradas, los personajes engañan para conseguir sus fines, y con su representación hacen que la soberbia arrastre a los demás hacia un final trágico. Se gobierna con el divide y vencerás para mantener los intereses creados, se gobierna pensando en el voto y en destruir a la oposición como única meta.

Y se recoge lo que se siembra, a pesar de las utopías fantásticas con las que se pretende hipnotizar a los propios seguidores y con las que se pretende que veamos las cosas como no son. Cuando las utopías nos exigen ser partidarios ciegos pase lo que pase, los países se dirigen hacia una profunda sima donde todo puede quedar destruido. Entonces, es el momento de tener metas para ilusionarnos, para compartir, para superar las crisis y para tumbar los malos gobiernos y sus pésimas oposiciones. Entonces, es el momento de apartar a quienes nos pretenden dividir, fomentando el odio entre nosotros buscando absurdas diferencias y agravios que solamente existen en el castillo de naipes de sus artificios ideológicos.