20/2/13

La izquierda exquisita se desmonta a sí misma

La demostración de la izquierda exquisita en la ceremonia de los premios Goya confirma nuevamente cómo los artistas de la Zeja siguen los dictados del PSOE y de Izquierda Unida, a cuyas estrategias obedecen todas y cada una de sus acciones colectivas.

Los premiados en la Gala de los Goya 2013, con el izquierda exquisita de Javier Bardem, como perejil de todas las salsas

En un momento en que, por las circunstancias extremas del país, han visto reducidas las millonarias subvenciones que perciben se han lanzado, otra vez, a la yugular del gobierno y del partido político que lo sustenta. Una muestra más de su exquisita solidaridad con el conjunto del país. Otra muestra del envejecimiento de esos personajes es que, en sus discursos en la ceremonia de entrega de premios, se olvidaron de los recientes 49 millones de euros que han recibido del Gobierno. Tampoco tuvieron la misma capacidad de protesta de hace diez años con aquello de ¡No a la guerra! ¡Una vergüenza la de estos individuos!

El sectarismo de estos personajes del cine español causa ya cierta repugnancia y constituye una prueba evidente del colonialismo que ejercen el PSOE e Izquierda Unida sobre sectores concretos de la sociedad española; en concreto, sobre el cine, la educación, la cultura o la Justicia.

El PSOE e Izquierda Unida, como los nuevos jacobinos de este siglo, utilizan a los variopintos de la Zeja para agitar la calle. Una función que los jacobinos reservaban a los “sans-culottes” (sin calzoncillos). Los “sans-culottes” no eran los más miserables de Francia ni la burguesía acomodada, constituían un grupo heterogéneo de trabajadores independientes, pequeños comerciantes y artesanos, que conformaban una parte importante del Tercer Estado de París. Vejados por los estamentos privilegiados acumularon odio y rencor y aprovecharon la revolución francesa para proceder a su venganza, y como fuerza de choque asaltaron la Bastilla y el palacio de las Tullerias y conformaron la base del ejército que invadió casi toda Europa. Apoyaron el radicalismo más criminal en la Asamblea Nacional, Asamblea Constituyente y Asamblea Legislativa, y ejercieron presión sobre los diputados a la hora de votar las penas de muerte.

Pero, aparte de agitar la calle, de condenar a todos que se les oponga y de sus discursos infantiloides basados en tópicos superados, los exquisitos de la Zeja poco o nada tienen con el componente de los “sans-culottes” a tenor de cómo iban vestidos para la ceremonia. Ciertamente, iban de punta en blanco y con la elegancia que les permite vivir de subvenciones. Estos personajes de la Zeja actúan como el perro de la Voz de su Amo y se excitan mucho cuando el amo les dice que ataquen porque gobierna el centro derecha. Son pues, excelsos demócratas.

Subvenciones que perciben un montón de películas, muchas de las cuales no tienen ni la deferencia en estrenarse en sesión pública en los circuitos comerciales habituales, y algunas de ellas ni de tan siquiera producirse. ¡Una auténtica vergüenza!

La denuncia de Candela Peña contra el Hospital de Viladecans, donde había fallecido su padre, por falta de mantas y agua para los pacientes, se cayó por su propio peso cuando los trabajadores de ese Hospital desmintieron sus palabras, ya que “Hay problemas graves, pero no precisamente de falta de agua y de mantas” y añadieron éstos: el “cierre de camas y quirófanos” y la “falta de personal”. CCOO explicaba que “hay muchos hospitales catalanes donde nunca se ha dado agua; otros que la han retirado; y, por último, están los que la dan”. La actriz catalana, cuya familia nunca denunció al Hospital durante el proceso de enfermedad de su padre, resultó patética con sus infundios y mentiras.

Las aventuras de Tadeo Jones es la muestra palpable de que existe otro cine español, autofinanciado, al margen del cine archi-super-subvencionado de la izquierda exquisita

Otros actores, técnicos y directores manifestaron su contrariedad por las intervenciones de candela Peña, Maribel Verdú o Javier Bardem y por ese sectarismo que se disfraza de cine, cuando el cine solamente es un instrumento al servicio de la cultura. “No estoy de acuerdo con convertir los Goya en un mitin político” –manifestó el actor Gabino Diego.

El presidente de la Academia del Cine, Enrique González Macho, en su discurso ante la audiencia, y en presencia del Ministro de Cultura, habló de todos los problemas que aquejan a la industria cinematográfica y se quejó de la subida del IVA para este sector. Se mostró disconforme y muy critico con el reducido grupo que trató de capitalizar la gala con su reivindicación folclórica, puesto que “no se invita a nadie para insultarle”. De hecho, del centenar de personas que pasaron por el escenario solamente seis pronunciaron sus diatribas políticas. ¡Otro formidable fracaso de la izquierda exquisita!

Demasiado ruido de una izquierda exquisita, cada vez más reducida, que no pudo hacer perder la perspectiva al resto de los asistentes. Muchos de ellos preocupados por el quebranto financiero de las películas de directores como Pons, Cortés, Chavarrías, Ferreira, Garci, Martinez-Lázaro, Calparsoro, Uribe, Cuerda, Courtois, Gay o Trueba. Sin embargo, junto al homenaje a José sacristán y Conchita Velasco, cabe destacar el triunfo de espectadores y de recaudación de Las aventuras de Tadeo Jones, que confirma el auge de la animación española, su capacidad de exportación y de competir con el cine de animación norteamericano.

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