15/1/13

¿Es patriótico y democrático el latrocinio y la corrupción?

Más de treinta años de nacionalismo han convertido Cataluña en una profunda ciénaga, cuyo hedor impregna cualquier asunto relacionado con el poder. Buena parte de los medios de comunicación de Cataluña tratan de disfrazar el olor sin conseguirlo, puesto que, a pesar de la maniobra de distracción del independentismo, aumenta el número de ciudadanos hartos de soportar tal podredumbre. En el último mes he podido comprobar cómo algunos fanáticos del nacionalismo van abriendo los ojos ante una realidad que los medios de comunicación de los que recibían toda su fuente de información han estado treinta años ocultándoles. Y es que la fuerza de la evidencia de los hechos acaba, necesariamente, abriendo los ojos a los ciudadanos que aún conservan un mínimo de honradez para plantearse algunas preguntas.

Así, en plan Gestalt Polizei, se ve en Internet a los caciques propietarios del imaginario Estado. La familia Pujol, dispersa por los paraísos fiscales, ha hecho mutis por el foro y no sale en la foto

¿Asumirán algún día los nacionalistas catalanes algunas de sus responsabilidades? ¿Cuántas sentencias tendrán que emitir los Tribunales para que las asuman? En realidad, ¿Se llegará alguna vez a que una sentencia condene la corrupción del poder nacionalista? ¿Cuántas sentencias condenatorias se necesitarán para que alguno de estos irresponsables ingrese en prisión?

En el último de los casos que vieron la vía judicial, el caso Pallerols, los ciudadanos esperaban una sentencia. Pero, el día 8 de enero de 2013, día en que se debía celebrar el juicio, no se celebró éste porque todas las partes llegaron a un acuerdo para evitar que los condenados ingresasen en prisión. El Pacto supone que Unió Democràtica de Catalunya (UDC) admite haberse lucrado a través de subvenciones del departamento de Treball entre 1994 y1999. El pacto con la fiscalía incluye el abono de 388.000 euros por parte del empresario andorrano Fidel Pallerols, Vicenç Gavaldà, Lluís Gavaldà, Santiago Vallbé i Unió Democràtica de Catalunya en concepto de indemnización. Además, las tres personas físicas afrontarán una multa que en total asciende a 250.000 euros. Finalmente, quedan absueltos Jaume Pallerols, Maria Creu Guerrero y Dolors Llorens.

En el 2000, Duran Lleida prometió que asumiría responsabilidades si se demostraba que hubo financiación irregular de Unió Democràtica de Catalunya. El presidente de Unió, ha manifestado al diario chileno La Tercera, que, en su día, el partido asumió responsabilidades políticas y a las personas, ahora condenadas, se les abrió una comisión de investigación con personas ajenas y unas fueron expulsadas y otras se dieron de baja del partido.

Por tales motivos, al insistir que UDC no se financió de manera ilegal, Josep Antoni Duran i Lleida ha roto su silencio para aclarar que no piensa dimitir por el caso Pallerols. Afirma Duran que el partido no conocía los hechos, y que el fiscal dijo claramente que los responsables del partido no tenían noticia de eso. En sus declaraciones insistió Durán que Unió “no está imputada ni condenada”.

Casi todas las fuerzas políticas han solicitado la dimisión de Duran Lleida y han hablado con desconocimiento de los considerando del Pacto e, incluso, en sus declaraciones han ido mucho más allá de lo que fue el fiscal adscrito al caso. Duran ha quedado afectado hasta el punto de anular una comida con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el presidente de ERC, Oriol Junqueras, que había pedido su dimisión por el acuerdo-resolución judicial del caso Pallerols, alegando que "Yo no me siento con alguien que pide mi dimisión", porque no lo comparto y porque hay "un ánimo destructivo general que es nocivo".

De alguna forma, los dirigentes de Convergència han aprovechado para desmarcarse de una Unió reticente ante esa huida hacia delante que representa la consulta independentista derivada del pacto de estabilidad parlamentaria entre CiU-ERC.

Pacto entre fuerzas unidas por un denominador común: el caciquismo y su pensamiento único que tiene obnubilados a unos acomplejados socialistas y comunistas, incapaces de discernir sobre la incompatibilidad entre el nacionalismo y el socialismo, incapaces de discernir sobre el verdadero debate de la ciudadanía que no es otro que no alimentar conflictos artificiales, que no es otro que defender la igualdad de las personas y no apoyar desafíos y las locuras independentistas de unos individuos que han sido cogidos con las manos en la masa y que, enrocados tras una bandera, tratan de eludir la acción de la justicia y de no transitar por el camino que conduce al ingreso en prisión. Esos caciques necesitan, ahora, la carne de cañón de unos cuantos pardillos para parapetarse tras ella y que sean otros los que pringuen y paguen el pato creyéndose que van a decidir algo por sí mismos, cuando otros ya han decidido por ellos con sus declaraciones soberanistas.

Mientras, los caciques tratan de silenciar a los medios. Por ejemplo, compran edificios a El País y éste ya se encarga de no informar debidamente sobre los negocios y la evasión que envuelve a la familia Pujol Ferrusola, a la familia Mas y a tantas otras granadas familias del nacionalismo caciquil catalán. Aquellas familias que, en sus webs y blogs, denuncian supuestos déficits de balanzas fiscales, supuestos expolios fiscales, pero que nunca mencionan la evasión fiscal, a pesar de que se mueven como pez en el agua en casi todos los paraísos fiscales de nuestro planeta tierra. Para estos caciques catalanes, acostumbrados a ningunear a los no nacionalistas y a los emigrantes, especialmente a los andaluces y extremeños, su mundo no tiene fronteras. Unas fronteras que sí quieren imponer al resto de los ciudadanos de Cataluña. Son patéticos estos caciques si creen que, con su sentimentalismo y su visceralismo, el latrocinio y la corrupción serán algún día democráticos y patrióticos.

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