14/5/08

El siniestro Pérez Rubalcaba

La última campaña de las elecciones generales se inició con el ministerio de Interior buscando las cosquillas al Partido Carlista y al Partido Obrero Socialista Internacional. El afable rostro del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ocultaba la aviesa telaraña del poder del PSOE trenzada desde septiembre de 1975. Un Alfredo Pérez que, desde el 1982, no ha abandonado nunca los aledaños del poder.

Alfredo Pérez Rubalcaba, nacido en la población cántabra de Solares el 28 de julio de 1951, es miembro del Partido Socialista Obrero Español. Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid, se especializó en Bioquímica y Química Orgánica, de cuyo Departamento es profesor titular, donde desarrolló labor investigadora en el campo de los mecanismos de reacción llegando a publicar una treintena de estudios en revistas internacionales. Ha trabajado, también, en las Universidades de Constanza (Alemania) y Montpellier (Francia)

Bien entrado 1974 comenzó a colaborar con la Federación Socialista Madrileña y, años después, pertenecería a las comisiones de Enseñanza e Investigación del Partido y del Grupo Parlamentario. Con la llegada del PSOE al Gobierno en 1982, este profesor de Química, a quien se le sitúa próximo a la masonería, comenzó su singladura política en Educación como Director del Gabinete Técnico de la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación desde diciembre de 1982 hasta su nombramiento como Director General de Enseñanzas Universitarias en mayo de 1985, cargo que desempeñó hasta el 25 de Septiembre de 1986, fecha en la que fue nombrado Secretario General de Educación. Desde el 29 de Julio de 1988 desempeñaría el cargo de Secretario de Estado de Educación, hasta el 23 de junio de 1992, en que fue designado Ministro de Educación y Ciencia. Ha intervenido en las más importantes leyes educativas del Gobierno Socialista: la Ley de Reforma Universitaria, la Ley de Fomento y Coordinación General de la Investigación Científica y Técnica y la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo. Leyes regresivas que acabaron de hundir la enseñanza en España, en expresión de todos los informes internacionales sobre educación.

El 13 de julio de 1993, es nombrado Ministro de la Presidencia y de Relaciones con las Cortes, por el entonces presidente del Gobierno, cargo que ejerció hasta el 6 de mayo de 1996. Fue portavoz de los últimos gobiernos de Felipe González. En 1997, el XXXIV Congreso del PSOE le eligió para su Comisión Ejecutiva Federal y como secretario de Comunicación. En el XXXV Congreso socialista, que eligió a José Luís Rodríguez Zapatero secretario general del PSOE, Rubalcaba entró a formar parte de su Comité Federal. En la V Legislatura, será Diputado a Cortes Generales por Toledo, y en la VI Legislatura, fue elegido Diputado por Madrid y Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Comisión de Ciencia y Tecnología, con el PSOE en la oposición. En la VII fue Diputado por Madrid En la VIII legislatura fue Diputado por Cantabria y ostentó el cargo de Portavoz y Presidente del Grupo Parlamentario Socialista. Desde abril de 2006 ha sido Ministro del Interior.

Al servicio de Felipe González, de Almunia, apoyó a José Bono en su lucha por asumir la secretaria general del PSOE; pero, cambió de chaqueta al ganar José Luís Rodríguez Zapatero. En los momentos en que las aguas del PSOE bajaban revueltas, su política consistió en saltar de barco en barco para no ser atrapado por las vías de agua de los que se hundían. Antes de que Rodríguez Zapatero formara gobierno, Felipe González le advirtió: “no vayas a cometer la tontería de prescindir de Rubalcaba”. No en vano, de la mano de Javier Solana había establecido contactos privilegiados y fluidos en los servicios de inteligencia, siendo ponente de la Ley de control y regulación del Centro Nacional de Inteligencia y de la Ley de control y censura de Internet. Encabezó la negativa a desclasificar los papeles del CESID sobre el GAL que apuntaban directamente a Felipe González.

Como buen camaleón, siempre se le ha visto cara el sol que más calienta, y en un segundo plano, mas nadie podrá negar su maestría en la utilización partidaria de los servicios de inteligencia españoles. Para su trabajo parlamentario en el Congreso se disfraza de hormiga laboriosa en una maniobra de ocultación de su carácter arácnido, cuyo tejer incansable atrapa a organizaciones y políticos con miope visión de la realidad. Como buen reptil engulle al que se interpone por delante.

En las elecciones generales de marzo de 2004, Rubalcaba fue responsable de la Estrategia Electoral del PSOE y de las críticas al PP tras los atentados islamistas del 11-M. Nombrado portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, este químico todo terreno hizo el trabajo sucio de dividir y neutralizar el frente anti Ley Orgánica de Educación. Tras el alto el fuego de ETA, desde el 11 de abril del 2006, sustituyó a José Antonio Alonso al frente de la cartera de Interior.

En funciones de ministro del Interior, el día 7 de marzo de 2008, Pérez Rubalcaba comunicó la noticia de que ETA había vuelto a atentar a primera hora de la tarde en Mondragón, matando al ex concejal socialista Isaías Carrasco en un atentado que calificó de "acción vil y cobarde de una banda de asesinos que no vana conseguir doblegar la voluntad de la democracia".

Hasta el 9 de marzo de 2008 ocupaba los siguientes cargos: Ministro del Interior, Vocal de la Diputación Permanente del Congreso, Adscrito a la Comisión de Interior, Vocal de la Comisión de Reglamento, Presidente de la Delegación española en la Asamblea de la Unión Interparlamentaria (UIP). La Unión Interparlamentaria (UIP), creada en 1889, es la organización internacional de los parlamentos, que, a escala mundial, es la única organización que representa a la rama legislativa de los gobiernos, y es el principal interlocutor parlamentario de las Naciones Unidas. Promover la paz y la democracia a través del diálogo político es su propósito fundamental. Lleva la voz de los parlamentos a los procesos de toma de decisión de Naciones Unidas, presentando regularmente resoluciones a la Asamblea General, realizando declaraciones, participando en debates y organizando reuniones parlamentarias sobre los temas claves de la agenda de la ONU. Un rol reconocido, en 2002, por Naciones Unidas al otorgarle el estatus de observador permanente.

Ahora, cuando Rodríguez Zapatero ya prescinde públicamente de la vieja guardia del PSOE, quizás el presidente en funciones advierta signos de decrepitud en un Rubalcaba, que la ha “cagado” cuando ha considerado el Partido Carlista y el POSI como elementos del entorno de ETA, inventándose en nuestro caso un partido inexistente: el PCEH. No puedo comprender cómo un investigador de la categoría del sr. Alfredo Pérez Rubalcaba ha podido cometer tamaña villanía. Desde estas páginas de El Federal le aconsejaría al ministro Pérez Rubalcaba dos cosas: una, la línea recta es el camino más corto, por ello si quiere saber algo sobre nosotros lo tiene bien sencillo que llame a la Secretaria General Federal donde le atenderán con la máxima educación y con verdadero sentido de Estado; otra, que, por favor, no se gaste más el dinero de todos los españoles en pagar a semejantes desinformadores habituales, la sociedad española se merece mayor respeto.

Julio Gómez Bahillo

(Publicado en El Federal, núm. 32, abril 2008)

No hay comentarios:

Publicar un comentario