31/12/14

La vorágine del “prusés” (y XI) Conjura sediciosa y pensamiento mágico

El discurso de fin de Año de Artur Mas no fue el de un “president de govern”, fue un mitin sectario de fin de campaña dirigido exclusivamente al 25% de la población de Cataluña. Un mitin triunfalista fuera de toda realidad, que pretendía ocultar aquellos datos que reflejan el riesgo de una mayor pobreza, de más inestabilidad laboral, de menor crecimiento económico.

Artur Mas, en plan mitin sectario, asume la tradición franquista de los mensajes de fin de año

Como en anteriores ocasiones, enrocado en su estelada, Artur Mas se gustó a sí mismo y se puso todas las medallas posibles; eso sí, sin asumir, en el fondo de su narcisismo, que ya ha dejado de ser el presidente de todos los catalanes. No en vano, su butifarréndum fue rechazado por más de dos tercios de la ciudadanía, y eso, aún admitiendo sus cifras de participación y resultados, más falsas que aquellos duros sevillanos de dos caras. Habló, habló y habló sin decir ni qué, ni cómo, ni cuándo. Sin anuncio de elecciones anticipadas, pero con amenaza de “decisiones complicadas”. En un tono belicista contra el Estado y contra la mayoría de los catalanes, aquellos que no son separatistas.

Si la mayoría de la población declinó votar en su sucedáneo democrático, él sigue adelante con su “hoja de ruta”. Y, en sus presupuestos, destina partidas millonarias para alimentar el “prusés separatista”. Todo antes que gobernar para todos los catalanes. Pero, él insiste en reclamar el voto de los ciudadanos de Cataluña para que apoyen su separatismo, para que apoyen lo que les dicte el cacique. Para nada más. En eso consiste su concepto de democracia. Señor Mas, ¿todavía no ve que la sociedad rechaza su deriva independentista? ¿Por qué sigue hablando a los ciudadanos como si fueran criaturitas? ¿Por qué miente y trata de acoquinar a los catalanes con ese supuesto estado maligno, que, precisamente, es el que mantiene a flote la Institución que ustedes, separatistas, han quebrado?

Las frases de su discurso ya no producen hilaridad, dan pena. Y cuando Cataluña se ve asolada por la corrupción nacional-independentista, Artur Mas hizo un ejercicio de cinismo para pronunciar frases como estas ¨Cataluña es vanguardista en la regeneración democrática que la sociedad reclama y exige”. Y cuando desde la Generalitat, concebida como un Cortijo, se sigue derivando miles de millones hacia las empresas de sus amigos, Artur Mas nos dejó caer: “no es que todo lo hagamos bien, sino que hay voluntad de que las cosas mejoren, de combatir las irregularidades y malas prácticas, de exigir responsabilidades a los servidores de la Administración y de administrar los recursos públicos con el mismo cuidado que si fuesen los nuestros, precisamente porque son los de todos”.

Artur Mas, el presidente autonómico que cobra el doble que el presidente de toda España, ante el descalabró que le auguran las encuestas, trató de tocar la fibra sensible de los ciudadanos ofreciéndoles su inmolación a cambio de su voto, Si no qué sentido tienen estas palabras: “Estas próximas semanas será preciso tomar nuevas decisiones, complicadas y no exentas de riesgo. Hasta el 9-N, estábamos llenos de obstáculos, muchos externos. Todos, sin excepción, se pudieron superar. Todos. Si entonces no dudé personalmente en asumir las decisiones que creía más adecuadas, también lo haré en los próximos pasos que debemos hacer como país. Es mi responsabilidad como president. No rehuir las decisiones, por difíciles que puedan ser. Mientras tenga la confianza que me deis con vuestros votos, así lo haré. Y serán sólo vuestros votos, insisto, cuando llegue el momento, los que configuren los escenarios de futuro que han de seguir las riendas de este país”.

En su mitin de fin de campaña, que nunca fue un discurso de Año Nuevo, llamó a la unidad “porque la teme el Estado” y ofreció su lista única. De lo que se infiere que el frente independentista anda algo desintegrado, por más que la líder de la Asamblea Nacional Catalana, Carme Forcadell, diga lo contrario. Y que de la lista única, presidida por Artur Mas, desconfían los separatas de ERC, de la CUP y de algunos sectores de ICV-EUiA que suplican, en patético declive, los besos y caricias de PODEMOS, sin darse cuenta que, en parte, ya han sido fagocitados por ese populismo bolivariano-iraní.

El Periódico nos presenta esta emocionada abrazada entre el todavía presidente Artur Mas y el líder de la CUP

Abrazaditas y cariñitos que sí los tuvieron el todavía presidente Artur Mas y David Fernández, el líder batasuno de la CUP, que presidirá la Comisión Parlamentaria sobre Jordi Pujol Soley, ex presidente del govern de la Generalitat durante veintitrés años y que se encuentra inculpado en diversas causas judiciales. Una comisión que no citará a declarar al actual presidente Artur Mas. Sin duda, esas abrazaditas no sirven para ocultar la enorme fractura emocional que el separatismo ha impuesto en Cataluña.

En su discurso mantuvo su enfrentamiento entre legitimidad y democracia, con apelaciones a romper el Estado y doblegarlo ante sus pretensiones.

En esa línea, aprovechó la ocasión del partido entre las selecciones de fútbol de Cataluña y Euskadi, celebrado en Bilbao, para entrevistarse con Iñigo Urkullu, lehendakari vasco, durante cerca de dos horas. Un encuentro que sirvió para intercambiarse regalos con símbolos y referencias históricas. Tras el encuentro, ninguno realizó declaraciones, por más que se deslizara una indefinida respuesta institucional conjunta por la que ambos harán frente común contra el “proceso recentralizador del Gobierno central”. Se constató que cada uno liderará “procedimientos y modelos diferentes”. ¿Otro fracaso más de Artur Mas en sus intentos de ampliar su conjura sediciosa?

Artur Mas se queja de la vía penal

Acusa al Gobierno de que “habría de invitar al diálogo y a la negociación en lugar de querellas judiciales. Muy malo cuando un Estado decide querellarse por la vía penal contra aquellos que facilitan la participación y dan la voz y el voto a la ciudadanía. Algo falla. Y no menor”.

Ciertamente, algo falla, señor Mas, cuando su organismo del CAC impone multas a las emisoras de las cadenas SER, Onda Cero y COPE por no emitir las cuñas de la Generalitat que incitaban a la votación en el butifarréndum. Estas emisoras no mostraron el servilismo de Ràdio Estel, la emisora de los obispos de Cataluña, puesta al servicio de Artur Mas y entregada a su causa separatista.

Para más inri, en la querella contra la vicepresidenta del “govern de la Generalitat”, Joana Ortega, por el 9-N, actuará como uno de sus abogados, el conocido funambulista político y líder de Unió Democràtica de Catalunya, Josep Antoni Durán i Lleida.

En esta composición, que circula por Internet, parece que no falta ninguno de la comparsa nacional-independentista

Por su parte, ante el anuncio de la querella interpuesta contra Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, la ANC de Carme Forcadell lanzó sus subvencionadas mesnadas para que se inculparan ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Aunque dicen que fueron seiscientas personas, parece ser que fueron contadas de esas maneras. Las inculpaciones de la ANC presentadas ante los Juzgado de Gerona, el de Instrucción núm. 4 y, posteriormente, el número 3, no fueron admitidas porque en ninguno de esos juzgados se seguía ningún proceso abierto por el 9-N. Al final, fueron registradas en la Fiscalía. La ANC se hacía corresponsable del proceso participativo (por el que están imputados el presidente de la Generalitat, la vicepresidenta y la consellera de Ensenyament). En el formulario presentado ante el juzgado no se desprendía “ni una autoinculpación, ni una confesión, ni una participación en hechos objeto de investigación en ninguno de los juzgados de este partido judicial"; puesto que esa querella se seguía desde el TSJC.

Sin embargo, Artur Mas no ha dejado de ser presidente para el señor José Montilla, ex presidente socialista de la Generalitat con el tripartito, que anda prodigando declaraciones de apoyo a Artur Mas y por mejores tratos de favor a Cataluña respecto al resto de comunidades autónomas. Sin duda, el PeSeCero Montilla inicia un camino de autoprotección por lo que la Justicia le pueda hacer llegar en un futuro. No se puede negar que previsor es un rato largo. ¡Lástima que carezca de la más mínima autocrítica por el daño que hizo la gestión del tripartito. Entre otras cosas, por la sanidad!

Han pasado ya más de setenta años desde que el pensador cristiano francés, Emmanuel Mounier, definiera ese tipo de situaciones como la solidaridad entre gángsteres. Posiblemente, para entender a estos personajes, habría que acudir a Lee Walker, autor de El management de la mafia, que nos desvela el secreto de estas gentes: «encontrar un lugar en el sistema donde usted maneje a los demás».

El separatismo, problema del nacionalismo mágico no de los catalanes

Aunque lo nieguen con su palabrería, el separatismo es intolerante y sectario y su actitud deplorable es permanente. Un ejemplo, las críticas vertidas contra el capitán de la selección catalana de fútbol, Sergio López, que marcó el único gol contra la selección de Euskadi, en Bilbao, que fue el del empate a 1, por hacer unas declaraciones a TV3 en español. Otro más a los que los separatistas han puesto en su diana.

En ese plano de locura, los historiadores del régimen nacional-independentista comunican a la ciudadanía que el aragonés Fernando el Católico era catalán.

Por ello, ante el “buenismo” manifestado por los Rodríguez Zapatero, José Montilla y, actualmente, Pedro Sánchez, con sus ambigüedades y equidistancias, la socialista Susana Díaz llama a solucionar el “desafío catalán” sin “privilegios ni discriminaciones”.

Porque el separatismo es una tapadera para ocultar la corrupción que, en Cataluña, ha sido y es esencialmente transversal y que ha implicado a todas las organizaciones que han tocado poder en la Generalitat, en las diputaciones y en los municipios. Ante ese "hoy por mí, mañana por ti" han ido sucumbiendo buena parte de los cuadros políticos. Pero, una vez más, hemos de incidir en el hecho de que no todos los políticos han actuado de esa manera, y ejemplos de ello los podemos encontrar en todas las organizaciones. Mas unos cuantos se han aprovechado por todos y han dejado por los suelos a sus organizaciones.

Jordi Pujol, el icono y mito del nacionalismo catalán, en horas bajas por sus décadas de trapisondas y por su anuncio de confeso evasor fiscal, en el viejo estilo de la Pasta Nostra, tal y como refleja la revista satírica El Jueves

Con un solo ejemplo tenemos suficiente. Jordi Pujol, el icono del nacionalismo actual, su impulsor y referente, ha terminado como confeso de evasión fiscal. Su millonaria familia caídos en desgracia aparente. Con un prometedor y longevo futuro judicial. Con su estatua derribada, y con la entrada en shock de sus votantes y del resto de pelotas y aduladores y beneficiarios. Calificado como vergüenza de Cataluña por The Economist.

Uno de los mitos del nacionalismo catalán ha caído, pero, a éste, aún le quedan más mitos a los que aferrarse. Un conjunto de mentiras con las que el nacionalismo ha conducido a Cataluña a un callejón sin salida, que han quebrado a las instituciones catalanas y que han pretendido romper la unidad de España. Un nacionalismo excluyente montado sobre fabulaciones soberanistas que, a lo largo de décadas, ha falseado la realidad.

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