13/11/11

Balance de la campaña del cambio

En un balance de la campaña de estas elecciones trascendentales en las que se debate cambio o continuidad, en la que existe la posibilidad de un nuevo gobierno que gobierne y no aquél gobierno que ha gobernado, durante ocho años, como si estuviera en la oposición. Podríamos decir que, ante el previsible cambio, el PSOE trata de inducir al voto del miedo. ¡Qué si quitarán la prestación de desempleo, la sanidad, la educación! ¡Qué si volverán a dejar fumar a la gente! Para ahondar aún más en esa dinámica del miedo, Rubalcaba ha recurrido a desempolvar a las momias del socialismo contemporáneo. Así, en los mítines aparecen los de la pana y los descamisados, y los Ojalás porque los Cejudos han ido abandonando. Con ellos o sin ellos, ni una sola idea de su propio programa, eso sí desinformar sobre los programas de los contrarios, como si la sociedad española fuera incapaz de discernir por sí misma. En el debate televisivo, pasaban los minutos con lentitud como en la novela El Jarama de Sánchez Ferlosio, al cabo de un largo rato, Rubalcaba arremete contra Rajoy y le espeta: “Ahora, el que miente es Usted”, con lo que indicaba a toda la audiencia que él se había pasado mintiendo en todo momento.

Quédense con las caras de este inolvidable sexteto, caracterizado por la ausencia de valores y por llevar a España a la quiebra

Como en anteriores elecciones, recurren a la manipulación sistemática contra el adversario, siguen sin reconocer el estado de quiebra que han dejado allá donde han gobernado, siguen intentando otro “golpe de estado” en la calle en el día de la jornada de reflexión, siguen sembrando la semilla de la discordia y el enfrentamiento para arañar unos miles de votos. En fin, consideran al conjunto de los españoles como párvulos susceptibles de ser adoctrinados por su determinismo mecanicista y sus historietas de buenos y malos.


Y qué decir de esa izquierda patética que es IU, con su desesperado recurso de parapetarse tras el 15-M a la espera de recoger migajas del PSOE. Ambos han mostrado en el ejercicio de sus gobiernos que son incapaces de la más mínima austeridad. No han reparado en gastos si de dinero público se trataba, por eso recurren en sus mensajes a falacias como la de Inversión o Recorte. Señores de la izquierda, llevan años confundiendo el gastar con el invertir. Preferentemente, ustedes han gastado antes que invertir en algo más que no sean rotondas y carteles que cuestan más que las obras anunciadas. Han sobredimensionado todo el sector público contratando cientos de miles de personas según su carné político o sindical, y sin mediar ninguna prueba objetiva de selección, y siguen contratando “comisarios políticos” incluso una vez sobrevenida la recesión. Ustedes han creído que la misión de la sociedad era acudir en auxilio de sus ingentes emisiones de deuda, que pocos quieren, o pueden, adquirir y, por eso, obligan a la Banca española a comprarla e imploran al BCE que suscriba emisiones enteras para alargar, aún más, su agonía. Una incapaz acción de gobierno que ha creado las condiciones para el “sálvese quien pueda” con una corrupción llevada a la máxima expresión, al tiempo que nuevas leyes imponían servicios a prestar por comunidades autónomas y ayuntamientos, sin facilitarles dotación presupuestaria ni otros recursos para desarrollarlos.

La comparsa chantajista

La acción de los nacionalistas, -en especial los nacionalistas catalanes-, se centra en esta campaña en el insulto. Eluden reconocer que el pujolismo fue quien inició el declive de Cataluña, si bien cacarean que el tripartito se encargó de darle la puntilla. Nerviosos, los líderes nacionalistas han optado por recurrir al insulto durante la campaña. Insultos xenófobos de Duran Lleida, de Artur Mas o de Jordi Pujol. El caso Duran Lleida no deja de sorprender a algunos, por el racismo implícito de sus bravatas y por el resto cansino de su mensaje.

Por más que digan los nacionalistas, seguimos pensando que, por ejemplo, los impuestos los pagan las personas –físicas o jurídicas – no los territorios. Que, única y exclusivamente, son las personas las susceptibles de derechos y obligaciones. Que, por tanto, los ciudadanos sometidos al régimen impositivo común pagan lo mismo en Barcelona que en Cádiz, en Coruña que en Valencia, en Gijón que en Almería, en Zaragoza que en Gerona, en Madrid que en Sevilla, en Toledo que en Badajoz. Otra cosa serán los recargos de los tramos autonómicos. Otra cosa es el lugar de la recaudación impositiva y el lugar de la verdadera imputación de esa recaudación. Otra cosa sería la recaudación aduanera y, nuevamente, su imputación al lugar que corresponda. Y así podríamos seguir… hasta ver que ni unos pagan tanto, ni otros tan poco. Y de cómo unos se apropian del IVA que pagan otros. Y de cómo cientos de miles de residentes del resto de España pagan IBI, tasas de recogida de basuras, electricidad, agua, gas en Cataluña. Y podríamos hablar de ese engendro de la Agencia Catalana del Agua que obliga a duplicar el recibo del agua –se paga a la empresa del agua y a dicha Agencia-, para recaudar miles de millones de euros que se pierden por cauces ignotos. La Agencia Catalana del Agua ha tenido que reconocer unas pérdidas de 1.700 millones de euros, de momento.

¿Cuánto tiempo podrá permanecer ese deseo?

En la marca electoral Amaiur está ETA y su entramado, EA, Alternatiba y Aralar. Amaiur es el nombre que utilizaron tres comandos sanguinarios de ETA. Y quienes apoyan esta coalición siguen empeñados en sus acciones de acoso de baja intensidad sobre candidatos de otras organizaciones, sobre militantes o simpatizantes de opciones contrarias. No están dispuestos a desprenderse de su espada de Damocles. No obstante, dicen que Amaiur quiere “referencialidad vasca” en la política para que sus votos sean “un boomerang” “en unas elecciones (las generales) que nunca deberían haber existido”. Aseguran que “No participarán "en la gestión del poder que nos niegan", pero buscaran complicidades "en la institución y fuera de ella” “con otras fuerzas soberanistas y de izquierda en nuestra labor en el Estado y en Europa”. Se relacionará con catalanes, gallegos, IU y Equo. Con el PNV sólo buscarán acuerdos si lo exige la dinámica parlamentaria.

Todo ello de acuerdo con su “Hoja de ruta”, para un nuevo escenario y para "aprovechar la situación para superar definitivamente un conflicto político", que incluye los objetivos de la alternativa KAS (Koordinadora Abertzale Sozialista) de 1976. Sólo tratarán en Madrid temas de política penitenciaria, de la situación de “sus víctimas”, de la “vulneración de sus derechos” o de “la legalización de partidos”. Actuará para "demostrar la propia incapacidad innata del Estado para resolver los problemas vascos”. Actuará contra el núcleo duro del PP y contra la presencia de las fuerzas de seguridad del Estado y el Ejército, que han garantizado la vida de los ciudadanos del País Vasco contra la acción de los terroristas en los cincuenta años de plomo y muerte. Para ello tendrán una presencia constante en el Congreso de Diputados, donde confían tener 6 Diputados, de acuerdo con su extrapolación de resultados de las pasadas elecciones forales y municipales. La última encuesta del CIS otorgaba 3 escaños a Amaiur, los mismos que al PNV y por debajo del PSE (7) y el PP (5).

¿Será real su apuesta por las vías exclusivamente políticas y democráticas? ¿Amaiur será un nuevo totalitarismo estalinista, y, como todo independentismo, aspirará a expandirse al estilo nazi por Navarra, Cantabria y Rioja?

Ilusión por el cambio

Buena parte de la sociedad española está por un cambio que permita formar un gobierno fuerte que no acceda a los chantajes de determinadas ideologías. Se percibe en la calle, en los argumentos que se exponen en público y en las motivaciones de las personas en los lugares de trabajo, un ámbito tabú en donde antes, por prudencia y miedo, se silenciaba las intenciones de votos hacia determinadas opciones. Existe ilusión en aquellas personas en cuya comunidad la presión nacionalista asfixia a la sociedad en su conjunto.

Sí, se percibe en el ambiente un hartazgo hacia esos mensajes del enfrentamiento permanente, emitidos por esos políticos irresponsables, vividores profesionales. Fíjense que, en la mayoría de los casos, cuanto más exabruptos suelta un político y su camarilla, cuantas más veces invoca el nombre de su territorio y cuanto más se enroca en “su bandera autonómica” mayor es su inmersión en la corrupción más burda.

La sociedad española en su conjunto espera un cambio, y no precisamente en el sentido perroflauta, sino en el sentido de una España plural, en la que se pueda recibir una educación de calidad, sin imposiciones de lengua, en la que los padres puedan decidir lo que quieren para sus hijos sin la intromisión dictatorial del Estado, en la que éste no adoctrine ideológicamente a los alumnos, en la que no se condicione lo que se quiere expresar, lo que se quiere decir, con la excusa de la corrección lingüística. Una educación en la que el valor de la vida y de la dignidad de las personas esté por encima de coyunturas políticas.

Urge recuperar la libertad enajenada y ocultada por tantos banderines y tantos zánganos y ladrones que los enarbolan.

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