20/12/10

Arturo Juncosa, amigo de siempre y para siempre

El sábado 18 de diciembre de 2010 asistí al funeral por el alma de Arturo Juncosa Carbonell, que, nacido el 5 de octubre de 1925 en Les Borges del Camp (Tarragona), fallecía en Barcelona el 13 de diciembre de 2010. Un amigo “de siempre y para siempre”, tal y como lo recordó Doña María Teresa de Borbón-Parma, quien en representación de la dinastía legítima, dirigió unas palabras sobre Arturo Juncosa en el oficio celebrado en la Iglesia del Sagrado Corazón, de los jesuitas de la calle Caspe de Barcelona.


Artur Juncosa firma, el 11 de abril de 2010, en apoyo de la candidatura de Tarragona a capital europea de la cultura 2016 en el salón de plenos del ayuntamiento tarragonés, tras la recepción del consistorio con motivo del 80 aniversario de Don Carlos Hugo

Durante la liturgia, el padre Nazario González, uno de los veinticinco celebrantes que acompañaron al Abad de Montserrat, nos refería que Arturo había donado su cuerpo a la ciencia, de ahí la ausencia del féretro en el funeral. De esta forma, el jesuita y profesor universitario seguirá relacionado con el saber científico, incluso después de su muerte. Prueba de su personalidad, jovial y fructífera, fue la presencia de los síndicos de la Universidad de Barcelona y de la Universidad Ramon Llull, entre otras, así como de numerosos miembros de la comunidad universitaria española. El oficiante agradeció la presencia de la Dinastía Legítima en el acto, remarcando la condición de carlista de Arturo Juncosa y su estrechísima relación con la Familia Borbón-Parma.


Arturo estudió Ingeniería en Madrid y, en 1945, a causa de su militancia carlista estuvo en prisión como consecuencia de los sucesos del Círculo Carlista de Pamplona, que acabaron en enfrentamientos con las fuerzas de orden público, con cientos de detenidos y la clausura de múltiples locales carlistas.

En 1946 ingresó en la Compañía de Jesús y se licenció en Filosofía y en Teología

En la década de los cincuenta, Arturo Juncosa inició su estrecha relación con la Familia Borbón-Parma y fueron múltiples las ocasiones en que visitó Puccheim para entrevistarse con Don Javier y con Don Carlos Hugo, de quienes llegó a ser confesor y persona de confianza. Asistió a la boda de don Carlos Hugo y Doña Irene en Roma, acompañado de buena parte de la tuna del Colegio Mayor Loyola de Barcelona.

Participó activamente, como carlista, en la lucha antifranquista, con reuniones, cursillos y seminarios clandestinos en España, y en Perpignan, Arbonne y otras poblaciones del sur de Francia.

Su actitud de firmeza en el tiempo en que asumió la dirección de la delegación en Tarragona de la Universidad de Barcelona, le comportó problemas con el gobierno civil y la policía, a quien impedía su presencia en los recintos de la Universidad. Fue impulsor de la Asamblea de Cataluña, y junto a Carlos Feliu de Travy, propusieron los puntos reivindicativos de la misma, que fueron aceptados por el resto de las organizaciones que la conformaban. En algunas de las sesiones de dicho organismo de oposición fue el representante del Partit Carlí de Catalunya. Desplegó la formación de numerosas comisiones de dicha Asamblea por decenas de pueblos de Cataluña.

Recuerdo su participación en aquellas Asambleas partidarias en las que se debatía la adecuación de la ideología, especialmente la celebrada en El Ordal, cuyas sesiones llegaban hasta bien comenzada la madrugada. También, sus conferencias y actividades en los círculos de Barcelona de la calle Ortigosa o de la calle Junqueras, donde se celebrarían reuniones de las comisiones de solidaridad o del Consell de Forces Polítiques, en especial la de este organismo con la Platajunta Democrática.

Recuerdo reuniones con alumnos de las Facultades e Institutos de Tarragona en un piso deshabitado de la Rambla Nova de dicha ciudad, que se desarrollaban sentados en el suelo, donde él exponía los conceptos básicos del socialismo autogestionario, del federalismo y establecía la función de la monarquía carlista en la sociedad y se sometía, sin límite alguno, a las preguntas de los presentes. Una actividad con la que se jugaba, a diario, su puesto en la Universidad y que le creó un prestigio entre los profesores y alumnos, muchos de los cuales, con independencia de su militancia política, realizaron visitas a Perpignan para entrevistarse con don Carlos Hugo.

Nombrado Caballero de la Real Orden de la Legitimidad Proscripta, le fue impuesta la Cruz de la Legimidad en un acto en Manresa el 5 de Octubre de 1994. Caballero de la S.A.I Orden Constantiniana de San Jorge, Caballero de la Orden de San Ludovico. Desde su inicio ha presidido la Associació d’Amics de la Història del Carlisme de Catalunya.

Participó en el acto del Centenario de Solidaridad Catalana, celebrado en el Ateneo Barcelonés, que fue organizado por la Asociación de Amics del Carlisme de Catalunya y presidido por Don Carlos Hugo de Borbón-Parma. También, en la Universitat Catalana d’Estiu desarrollando aspectos históricos y políticos del carlismo.

Durante más de tres décadas fue habitual de las cenas de navidad de los carlistas de las comarcas de Tarragona. En cuyos actos siempre se mostró dispuesto a participar. Siempre tratando de implicar en el compromiso y en la exigencia con sus análisis y sus consejos en el camino de la historia y la libertad. Una historia no manipulada por intereses.

Precisamente, en el tema de la historia colaboramos Arturo y yo en la biografía que, sobre Tomás Caylá, escribiera Joan Guinovart, entre los años 1994 y 1997, explicitando sus vivencias y recuerdos para realzar la figura humana y política del político vallense, abogado y periodista, que fue jefe regional del carlismo catalán hasta su asesinato en agosto de 1936. Guinovart agradeció nuestra colaboración en la búsqueda y selección de fuentes, los consejos para la estructuración de la obra y para equilibrar los diferentes capítulos, el asesoramiento para situar los hechos en el contexto histórico y el esfuerzo de corrección de estilo. El día de la presentación del libro en Valls, en 1997, Arturo tuvo palabras de recuerdo para Tomás Caylá y la juventud vallense que, en aquellos días, luchó por la Fe y por la Patria, como se subtitulaba el diario Juventud que editaba el biografiado.

Con motivo del 175 aniversario del Carlismo, Arturo Juncosa concelebró la misa de conmemoración en el acto carlista desarrollado en el Monasterio de Poblet, el 9 de mayo de 2009, que contó con la participación de la Familia Real Carlista encabezada por Don Carlos Hugo de Borbón-Parma.


Artur Juncosa, acompañando a Don Carlos Hugo, a Don Carlos Javier, a Don Jaime, a Doña Maria Teresa y Doña María de las Nieves, recorre el Claustro del Monasterio de Poblet en el acto del 175 aniversario del carlismo.

El 11 de abril de 2010, fue uno de los oficiantes de la misa en el acto de homenaje a Don Carlos Hugo, que, con motivo de su 80 aniversario, se celebró en Tarragona y estuvo en la mesa del acto de recepción en el salón de plenos del Ayuntamiento de dicha ciudad, que recibió a la dinastía legítima y a sus acompañantes en dicho acto.

En el mes de junio de 2010 participó en la última reunión de trabajo que don Carlos Hugo mantuvo, en Castelldefels, con la delegación de una fundación del País Vasco, que le había solicitado una entrevista. Acabada la reunión, le acompañé hasta el Instituto Químico de Sarriá, donde residía. En este trayecto, con la circulación colapsada de la entrada de Barcelona de una tarde cualquiera, se manifestó animoso por el futuro. Repasamos los últimos años del carlismo, con sus derivas y aciertos, y ese camino a la esperanza que son los hijos de don Carlos, que él tan bien conocía.

En agosto oficiaría el funeral de Don Carlos Hugo de Borbón-Parma en el Tanatorio de San Gervasio en Barcelona, con palabras de hondo pesar, de profundo sentimiento y respeto hacia la figura de su gran amigo.

Aspectos de su actividad docente

Cabe destacar la extensa vida académica como profesor: en el Instituto Químico de Sarrià (1957-1962); profesor en la Universidad de Barcelona (1959-1991); catedrático de Ética y Sociología en la Universidad de Sevilla (1981-1983) y catedrático de Ética y Sociología de la Universidad de Barcelona (1983-1991), año en que se jubiló.

En 1971, el Dr. José Ignacio Alcorta Echevarria, catedrático de Ética general y Ética especial y Sociología, de la Universidad de Barcelona, le dirigió su tesis doctoral “La Sociología del conocimiento en Karl Mannheim”. Tesis doctoral que recibió el Premio Ciudad de Barcelona de 1971, en Filosofía y Letras, otorgado el 26 de enero de 1972 y que sería publicado como resumen de tesis por la Universidad de Barcelona en 1975.

Fue jefe del Departamento de Filosofía, Teorética y Práctica de la Universidad de Barcelona y rector delegado de las facultades universitarias de la Universidad de Barcelona en Tarragona de 1973 a 1978.

En 1975, publicó un estudio sobre “Democracia y aristocracia en las artes plásticas modernas” y en 1976, publica “La Moral de Sartre en su teatro” (Revista Univertistas Tarraconensis, Vol. 30). Su trabajo sobre “La educación en una sociedad de cambio” fue publicado en la Revista de Ciències de l’Educació (Universitas Tarraconenses -URV Departament de Pedagogia), 1977-80.

Por Orden de 17 de junio de 1980, en virtud de concurso-oposición, se le nombra profesor agregado de Ética y Sociología, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona, delegación de Tarragona. La Orden de 15 de junio de 1981, en virtud de concurso de acceso, se le nombra catedrático de Ética de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla. La Orden de 15 de mayo de 1983, en virtud de concurso de traslado, le nombraba catedrático de Ética de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Barcelona.

Fue profesor invitado en numerosas universidades de Europa, entre ellas la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, y de América, en las que impartió cursos y dio conferencias. A su formación cultural le acompañó una amplia producción científica. Era miembro de la Fundació Catalana per a la Recerca, del Patronato del Instituto Químico de Sarrià, vicepresidente del Instituto Borja de Bioética, miembro del Consejo Asesor del Instituto de Tecnoética de Barcelona y del Consejo Asesor de INEHCA. En 1993 fue nombrado rector del Centro Borja de Sant Cugat del Vallés, en cuya sede se realizaron las sesiones del Concilio de la Iglesia Catalana. También, fue miembro fundador de la Societat Catalana de Filosofia del IEC; del Centre d’Estudis Carles Cardó y del Instituto Internacional Jacques Maritain.

A lo largo de su carrera docente intervino, en múltiples ocasiones, como miembro de tribunales de tesis doctorales de diversas universidades y ha dirigido múltiples tesis. Por ejemplo, en 1992, La Sociología de C. Wright Mills: el poder de los intelectuales de Alfredo Díez Merino, o, en 1995, Ética i Gestió de Josep M. Lozano Soler.


Artur Juncosa, en la Universidad Ramon Llull en la que fue Defensor de la comunidad universitaria

Fue Síndic de Greuges de la Universidad de Barcelona (1993-1998), y primer Síndic de Greuges de la Universidad Ramón Llull (2004-2008). El 19 de enero de 2007, en la sede de la Sindicatura de Greuges de la UB, se celebró una comida con todos los anteriores síndicos, con la particularidad de que Arturo Juncosa Carbonell, era en aquél momento Síndico de la Universidad Raimon Llull. El 5 de julio de 2007, en la sede del rectorado de la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona, tuvo lugar un encuentro de los síndicos de las universidades catalanas que contó con la participación de Juncosa. Las funciones realizadas por Arturo Juncosa eran las de recibir quejas y observaciones sobre el funcionamiento de la universidad, por parte de las personas con interés legítimo para hacerlo. También, la de presentar propuestas de resolución, con carácter no vinculante, ante los órganos competentes de los asuntos sometidos a su consideración, y el ser informado de las decisiones que, en su caso, se adoptasen. Y, especialmente, la de actuar como mediador o árbitro en los conflictos entre los individuos o grupos de la comunidad universitaria, y proponer fórmulas de conciliación o transacción vinculantes siempre que las parte lo solicitasen de común acuerdo.

El 1 de junio de 2008, en Vilaweb y en el diario El Punt, desde Tortosa, se reconocía que "el filósofo Arturo Juncosa, con el científico Federico Mayor Zaragoza y el escritor Gerard Vergés, los tres todavía activos y creativos, son los personajes con un mayor nivel intelectual procedentes de nuestra ciudad durante el siglo XX, cuya sombra excede el territorio para alcanzar una proyección universal".

Quisiera acabar este recuerdo de Arturo Juncosa con las sentidas palabras de doña María Teresa de Borbón-Parma, expresadas en su funeral, “desde el fondo del alma, gracias Padre Juncosa”.

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