30/11/15

De la inestabilidad política al desprestigio institucional en Cataluña

Si alguna vez tuvo un mínimo prestigio la Generalitat, cosa harto difícil, con la combinación de pujolisme, tripartito, Artur Mas y, ahora, de Junts Pel Sí y la CUP, lo ha perdido todo. Más de treinta y cinco años de autogobierno han servido para reducir su prestigio a la más mínima expresión y perder, día a día, toda credibilidad.

¡Qué espectáculo más burdo y barato llevan representando los nacionalistas desde hace cinco años! ¡Qué espectáculo más deleznable desde el 27-S! ¡Qué espectáculo más ridículo y humillante el de los intentos de investidura de Artur Mas! Porque ¿qué son sino los numeritos del entorno de Junts Pel Sí y de la CUP? Por su investidura ¿debe Artur Mas seguir mendicando sua vita política a frusto a frusto, como si de la Divina Comedia se tratara?

En su viaje a Itaca en busca del paraíso independentista, Artur Mas, al no saber elegir a sus compinches, se ha encontrado a las puertas del infierno de Dante, entre los lamentos de dolor y de ira de las castas infernales

En estos momentos, conviene recordar que la Generalitat no es el “Govern dels millors d’Artur Mas”, sino que es el sistema institucional que, dentro de España, organiza políticamente el autogobierno de Cataluña. Tan Generalitat es, pues, la Presidencia de la Generalidad, el Consejo Ejecutivo o “Govern”, como el Parlamento y cualquiera otra institución establecida por el Estatut y las leyes.

Y, salvando las excepciones que siempre existen, es el tiempo de preguntarse: ¿En este tiempo, no ha habido personas que pudieran servir de una forma honrada, personal y colectivamente, a las instituciones catalanas?

Y todos conocemos gente honrada, que se encuentra afiliada a los más diversos partidos y organizaciones empresariales, sindicales y sociales, que, por cumplir la ley, ha sido desplazada dentro de sus organizaciones, cuando no vilipendiada y anatematizada por unas dirigencias cada día más ideologizadas y, por tanto, más incapaces de tan siquiera vislumbrar los problemas reales de la sociedad.

¿No tenía Artur Mas posibilidades de negociar un gobierno con otras formaciones distintas de la CUP? ¿Por qué ese empecinamiento? ¿Para salvar a todos los “Klanes” corruptos que llevan saqueando Cataluña en estas últimas décadas?

Cualquier gobierno, cualquier responsable público, lo primero que ha de saber es que su actuación está limitada por las leyes, sin las cuales no existe la democracia. Que la democracia exige estabilidad política para poder generar la suficiente confianza que dé seguridad tanto a los ciudadanos como a las personas jurídicas y a los inversores, sin los cuales no existe posibilidad de empleo sostenible. Todo un conjunto de elementos que conducen al prestigio de una sociedad y de sus instituciones.

Y el triste “prusés” de los separatistas ha conducido a todo lo contrario: a la vulneración de las leyes, incluso las elaboradas por ellos mismos, al deterioro de la normal convivencia de las personas, al adoctrinamiento de una amplía capa de la población y, con él, a la siembra del odio y a la práctica de una corrupción transversal sin límites. En fin, ha llevado a partir a la sociedad casi por la mitad.

Responsables públicos que, en su dejación de las funciones establecidas en las leyes, han permitido que la sociedad catalana sea pasto de una alianza transversal de corruptores y corruptos, de aprovechateguis, de abducidos, de zombies, de chupópteros, de sátrapas, del nepotismo, de los llepasubvens (perceptores de subvenciones por ser amigos del régimen), de palafreneros de los caciques, de pelotillas y correveidiles, de programados mentales desde la escuela o de cargos públicos con los carnets del régimen en la boca.

Lejos, muy lejos, queda aquella concepción de la política concebida para servir a la sociedad y que permitiera instrumentar un sistema que hiciera posible la eficacia y la eficiencia de los servicios prestados a la ciudadanía. Una concepción que establece una clara línea de división entre un vivir para la política, que exige preparación profesional y dedicación y entrega, y el vivir de la política, que no exige más que servilismo, deslealtad y traición.

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28/11/15

El “Prusés” y sus rebajas: ¡compre un “President” y llévese cuatro!

El cachondeo del “prusés” ha entrado en temporada de rebajas. Los dirigentes de la CUP, en su particular lavado de manos, pasan el entuerto a sus bases para que, el 29 de noviembre, decidan en asamblea si apoyan a Artur Mas como presidente de la Generalitat que debería desconectar Cataluña del resto de España.

A partir del 27-S, el independentismo ha quebrado, aún más, la imagen de Cataluña y ha depositado a Artur Mas en un nuevo emplazamiento

El guión de los catabatasunos de la CUP exige que Artur Mas se arrastre un poquito más por el suelo para satisfacer el ego de los cupaires. En teoría, la presidencia de Artur Mas está en manos de colectivos de ateneos y de okupas, quienes, en su afán de ir contra todo, no la consideran mala idea. Colectivos cercanos a la CGT se manifiestan en contra de dicha investidura y el colectivo Arran se ha manifestado abiertamente en contra.

Una de las propuestas que se han manejado consistía en una presidencia nominal, la de Artur Mas, y tres vicepresidencia efectivas: Neus Munté en el área social; Raül Romeva en el de transparencia y relaciones exteriores; y Oriol Junqueras en el área económica.

Una condición que se impondría a Artur Mas es la que no podría convocar nuevas elecciones y, siempre, los catabatasunos podrían vetar o decidir acciones sobre el proceso de desconexión de Cataluña con el resto de España.

Esta opción pluripresidencial, el propio Estatut la desecha al señalar solamente la posibilidad de existencia de una vicepresidencia. Sin embargo, Junts pel Sí y los dirigentes de la CUP siguen ofreciendo comprar “un president” y llevarse cuatro por el mismo precio. Vamos, ¡toda una ganga!

El trágala del prisionero Artur Mas, el enterrador

Los mismos que pintaron los trajes y abrigos de aquellos diputados que acudían al Parlament a una votación y que obligaron a Artur Mas a desplazar en helicóptero o que, en aquella jornada, persiguieron, empujaron y acosaron a un diputado ciego, ahora, han hecho prisionero de sus caprichos a Artur Mas, y con sus diez escaños tienen la llave para decidir el futuro inmediato del resto de los diputados del régimen, que no aguantarían el concurrir a unas nuevas elecciones.

Así, la dicotomía asamblearia de la CUP está en decidirse entre un popurrí de Marx y Bakunin o un Artur Mas reconvertido en el movimiento MAS (Molts Amics Subvencionats).

Vean un breve currículum de Artur Mas, “el enterrador”, que circula por la red

El enterrador Artur Mas ha tenido una época de intenso trabajo. Ha enterrado el diálogo, el centro político catalanista, el seny, a CiU y a CDC, para caer en manos de ERC y de la CUP y convertir a Cataluña en un lugar ingobernable.

Pero, él nunca tendrá ninguna culpa, la culpa siempre será de los “otros”. Y su entorno sigue sin atreverse a rechistar, salvo honrosas excepciones como Antoni Fernández Teixidó, uno de los dirigentes de CDC que se ha bajado de ese barco a la deriva pilotado por Artur Mas que, encallado en la declaración de independencia, se ha abierto en canal para obtener el auxilio de la CUP. Unos dirigentes de la CUP que han visto como, casualmente, han desaparecido sus expedientes policiales de los archivos de los Mossos d’Esquadra

En su lógica interna, Artur Mas se decía: para construir un “nou país”, necesitaré “un nou partit”. Era la hora de aplicar la táctica del calamar: “lanzar chorro de tinta y huir hacia atrás”. De esta forma se podría presentar como “president” proletario de Catadisney, sin corbata, descamisado, pero con los mismos mangantes del 3-5-10-30% a su lado.

Pero, el nuevo partido seguirá siendo “hereu del pujolisme” y tendrá un pesado lastre llamado Artur Mas, “el humillado” por la CUP, que ha puesto los 62 escaños de Junts pel Sí al servicio de los radicales catabatasunos, en lugar de buscar otras combinaciones de gobierno. Artur, “el enterrador”, “el rey Midas”, es un caballo de Atila para Cataluña. ¡Cuánto toca lo hunde! Andorra le dedicará una calle por su contribución y perseverancia en enriquecer el país de los Pirineos. El por qué de todo es la imputación de la familia Pujol por corrupción masiva y la subordinación de Artur Mas al clan, con dosieres en manos del FBI, la DEA y la CIA.

Por su parte, tanto el PP como Unió andan trabajándose los restos de la militancia de CDC, que se siente traicionada y que no está dispuesta a que la CUP los humille de esa forma, para atraerlos hacia su espacio político de centro derecha o de catalanismo moderado.

De todas formas, decidan lo que decidan las bases de la CUP se les ha visto ya el plumero y, al entregarse de esa forma al juego de los caciques del nacionalismo catalán, han mostrado lo enfermiza que es su obsesión antiespañola.

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11/11/15

No s’arronsi, president, arrossegui’s davant la CUP

Artur Mas recibía de su amigo Grifols la incitación a seguir con el “prusés”, espetándole: “no s’arronsi, president”. Pero, mientras instaba a Mas a mantenerse en la sedición, él, en previsión de la debacle de la “Catalunya independent”, trasladaba la producción de su empresa a Irlanda, para permanecer en la Unión Europea y seguir accediendo a los créditos del BCE y a las ayudas de los fondos europeos.

Ahora, cuando el espectáculo circense del independentismo en el Parlament sigue su curso para ocultar la corrupción y liberar a los “Klanes corruptos”, cabría completar aquella frase: No s’arronsi, president, arrossegui’s davant la CUP. Es decir, no se arrugue, presidente, arrástrese ante la CUP.

Así, el mismo día que el secesionismo presentaba su resolución de ruptura y desacato al Tribunal Constitucional, el fariseo Artur Mas anunciaba dos recursos ante ese tribunal por invasión de competencias del Gobierno de España. Tras hacer caso omiso a toda legislación y jurisprudencia española y europea, un Mas esperpéntico avisaba que comunicaría su ruptura a España y a Europa. Al impulsar la desobediencia y aborrecer la legalidad, el Parlament pretende, ahora, exigir respeto a las normas que él dicte. ¿Qué seguridad jurídica puede ofrecer quien ha establecido el desacato como instrumento de su acción? ¿Cómo impedirán que los ciudadanos acaten una leyes y no otras, o a la inversa? ¿Quién decidirá cuál es el cuerpo normativo a cumplir y cuál no? ¿Puede tener alguna credibilidad el que se arrastra de tal forma para conseguir su investidura y quienes tratan de humillarlo ante la ciudadanía? ¿Ese es el miserable futuro que espera a la ciudadanía catalana?

La pantalla del hemiciclo del Parlament muestra el resultado de la votación. La minoría con más escaños vence a los partidos que obtuvieron la mayoría de votos emitidos el 27-S, pero que dispone de menos escaños por efecto del sistema D’Hondt

La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, presentó la candidatura de Artur Mas para la presidencia de la Generalitat y propuso votar la resolución de ruptura con España. Dos actos que han demostrado que de un solo “poble”, rien de rien, que el separatismo ha conseguido fragmentar y enfrentar a la sociedad catalana, dividiéndola en casi dos mitades. Con el agravante de que si “ellos son el único pueblo catalán” –Forcadell dixit, la mayoría de catalanes será un cuerpo extraño y extranjerizante que han de tratar de extirpar.

El timo del “poble català”, el viejo truco del pueblo monolítico y unánime, es otra falacia más que se les ha hundido, pese a ser inoculada por el nacionalismo para provocar el conflicto permanente. Realmente, ¿el “poble” les ha dado un mandato para romper con el resto de España? ¿No será que, llevados de su iluminismo, los dirigentes separatas no han superado, todavía, la fase adolescente y siguen optando por la mentira sistemática y las trampas para salirse con la suya?

Con su opción por la desobediencia, el desacato, la rebeldía sediciosa y la traición, el “govern” de la Generalitat no puede representar a la mayoría de catalanes libre de nacionalismo, que se han de fijar metas comunes e ilusionantes para reconstruir la sociedad que el separatismo ha destruido durante estos treinta y cinco años. Años en los que han repetido miles de veces sus mentiras en su pretensión de convertirlas en verdades. Años de oscuridad, bajeza y mezquindad, de caciquismo resentido, de odio al vecino para reducir Cataluña a un gueto corrupto, decadente, desfasado, ignorante, imperialista, monolingüe y sectario. El odio y las malas caras es la gran aportación del nacionalismo-separatista contra quienes defienden la paz, unión, igualdad y bilingüismo.

Tras la aprobación del inicio del proceso de ruptura, los aplausos de algunos diputados separatistas y miembros del “govern” no era, precisamente, entusiasmo lo que transmitían. Incluso al conseller Andreu Mas-Colell no se le vio aplaudir, sino que sostenía con ambas manos unos papeles para evitar realizar ese gesto. Al día siguiente, Carme Forcadell enviaba una misiva, con el texto de la declaración, a Mariano Rajoy, Martin Schulz, Jean-Claude Juncker, Ban-Ki-moon, al secretario general y al presidente del Consejo Europeo y a los embajadores en España.

Conato de investidura

Tras el primer conato de investidura, rechazada por el Parlament con los votos en contra de C's, PSC, PP, Catalunya Sí que es Pot (CSQEP) y la CUP, Artur Mas se cita en privado para pactar el apoyo de la CUP. Para la segunda votación del jueves día 12 de noviembre, Artur Mas precisa un total de 64 votos, y sólo tiene asegurados 62 votos. Un Mas mendicante que trata de conseguir su reelección, regateándole dos votos a la CUP y buscando la abstención de sus otros ocho diputados.

Pero, si la CUP mantiene su promesa de no votar a Artur Mas, dada las distancias que mantiene con Antonio Baños, no se desencallaría la cuestión y se abriría un periodo de dos meses, hasta el 9 de enero de 2016, para celebrar nuevos debates de investidura. Si fracasaran los nuevos intentos, se debería convocar elecciones en primavera.

En las escaleras del Parlament fue tomada esta instantánea. Mas suplicará una reunión con la CUP para ser investido president

Para Baños, en la proclamación de la independencia “no sobra nadie pero nadie es imprescindible". Por eso, la CUP ha pedido a Junts pel Sí que proponga como candidato a Raül Romeva. Por el contrario, Artur Mas reitera su candidatura y ha pedido que, al margen del Parlament, los 72 diputados independentistas se reúnan para votar por mayoría, de forma secreta, al presidente de la Generalitat. Es decir, que sólo 37 diputados sean suficientes para nombrar un presidente. ¡De auténtica traca!

También, Artur Mas ha ofrecido “diálogo” a los partidos de oposición (C's, PSC, PP, CSQEP) para llegar a acuerdos en la gobernabilidad del día a día, que le permitan continuar al frente del cotarro, y evitarle depender de la CUP. Evidentemente, desde hace tiempo, en Cataluña existe un problema de gobernabilidad. Y Artur Mas ha dinamitado muchos puentes, incluso con el empresariado.

¿Dónde está Oriol Junqueras y su cohorte de ERC-MES-MDC? ¿Quién va a liderar el proceso? ¿Será el fin del “prusés”? ¿Acabará la leyenda de tonto útil de Mas a ritmo de charanga y chirigota, entre la juerga y el cachondeo? ¿Qué camino seguirá Artur Mas en su huida hacia delante? ¿El de la trena? ¿Lo veremos in-“vestido” con un traje a rayas? ¿Le han abandonado ya los “Klanes corruptos”?

El triste espectáculo de La Vanguardia

El diario del Sr. Conde de Godó arremete estos días contra el blog Dolça Catalunya, escribiendo su redactora, Marina Meseguer, totalmente de oídas y sin comprobar ningún dato de lo que exponía. De nuevo, La Vanguardia con sus bellaquerías.

La Vanguardia, que hasta el martes 10 de noviembre era un panfleto nacionalista, sectario, hilarante e intolerante conocido como la Guadaña, escribe un histórico editorial. Su título, “Por la rectificación”, alerta sobre el error del órdago de Artur Mas, que “debe ser rectificado” después de las elecciones generales porque la sociedad catalana "mayoritariamente no desea rupturas ni teatrales esguinces". El conde de Godó gira su estrategia tras aprobarse la resolución independentista. Asegura el diario que, en menos de 48 horas, el Tribunal Constitucional acabará con anhelos secesionistas. Califica de “parodia” la escenificación del Parlament con la, moción aprobada que pone “en riesgo” "la propia autoestima de los catalanes".

Artur Mas se someterá mañana a la rueda de la fortuna del Parlament. ¿Cuántos millones costará la broma?

Para el diario, la resolución es "retórica, hiperbólica y mal redactada", “maximalista”, "rotundamente inconstitucional a cambio de nada", que “choca con la Constitución vigente y está "al margen" del orden europeo". Considera La Vanguardia

La Vanguardia culpa a la CUP de arrastrar a Mas a su molino, con sólo diez escaños y el 8,2% de los votos emitidos. Considera decepcionante y un error la jornada del 9 de noviembre. "No fue un día alegre" y el "semblante" de Artur Mas lo muestra–dice el diario. Pide "reflexionar urgentemente" sobre ello y propiciar una "inteligente rectificación". "Nada se ha roto aún de manera irremediable. Hay que empezar a trabajar ahora mismo por una oportuna y eficaz reconducción. Hay tiempo. Existe una potencial mayoría parlamentaria para llevar a cabo esa rectificación después del 20 de diciembre".

Ciertamente, no hace falta leer La Vanguardia para comprender que la senda emprendida por Artur Mas y sus “Klanes corruptos”, a base de provocación tras provocación y deslealtad tras deslealtad, precipita a la sociedad catalana a la más profunda sima abisal, un lugar de muy difícil retorno.

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7/11/15

Vodevil separatista: pactar para amparar la corrupción transversal en Cataluña

¿Cabía esperar alguna otra cosa en la Catadisney de la casta nacionalista?

Ciertamente, NO. Contra toda lógica, en su desafío separatista, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha ignorado el reglamento de la cámara y tramita la moción independentista de Junts pel Sí y la CUP, para debatirla y votarla en un pleno convocado para el lunes día 9 de noviembre. La fanática y sectaria Sra. Forcadell ambicionaba, y ambiciona, la presidencia de la Generalitat; pero, Artur Mas al situarla en la presidencia de la cámara autonómica se deshacía, así, de una enemiga.

Carme Forcadell en el momento de proponer en el Parlament a Artur Mas para la presidencia de la Generalitat. ¿Entra en trance o se está descomponiendo?

En su reduccionista y excluyente universo es habitual la permanente falta a la verdad y la manipulación en beneficio propio, por ejemplo, del reglamento de la cámara que ha encontrado el rechazo unánime de la oposición política, cuyos diputados pidieron un dictamen de los servicios jurídicos de la cámara y ella les negó la asistencia letrada. ¿Un personaje así puede representar un papel institucional como la Presidencia del Parlament?

El lunes 9 de noviembre propondrá como presidente de la Generalitat a Artur Mas, cuya investidura se pospondrá en el tiempo hasta que se materialice la abstención in extremis de la CUP. Pero, el acto más visual será la propuesta de resolución presentada para iniciar el proceso de ruptura con el resto de España: desobedecer leyes y sentencias.

No es comprensible que se trate esa moción de ruptura sediciosa antes que proceder a la investidura del presidente de la Generalitat. Pero, existen grandes urgencias por tratar de salvar a los “Klanes nacionalistas”, acusados de corrupción ante la Justicia, y, de nuevo, la CUP, como firmante del Pacte Nacional pel Dret a Decidir, acude al rescate de los caciques de Cataluña. Un apoyo de la CUP que causa tensión, incluso, en el propio “govern” en funciones de la Generalitat. ¡Cataluña no se merece a esta gente! ¡Qué triste espectáculo!

Ante la “vulneración de su derecho de participación política”, PP, Cs y PSC presentaron recurso de amparo ante el TC, que fueron aceptados a trámite. PP y Ciudadanos pidieron la suspensión cautelar del pleno del Parlament, que no fue aceptada por el tribunal.

Por su parte, para contribuir al espectáculo, el Tribunal Constitucional ha permitido que se debata la moción independentista que pretende iniciar el proceso de ruptura con el resto de España, al considerar que sólo es una propuesta que hasta que sea aprobará no devendrá en declaración independentista. Los once magistrados, por unanimidad, han denegado la suspensión cautelar del pleno del Parlamento catalán, al entender que es “la sede natural del debate político” y que aprobar la declaración es una cuestión "que no debe condicionar anticipadamente la viabilidad misma del debate". Sostienen que las peticiones de Ciudadanos y PP promovían "un control de constitucionalidad sobre una resolución que no se ha adoptado y cuyo contenido último se desconoce", que rebasa la función del recurso de amparo. El Tribunal Constitucional es consciente del riesgo, pero sólo puede actuar una vez que el Parlamento catalán saque adelante la declaración rupturista. Le recuerda al Parlamento de Cataluña la obligación de actuar conforme a la legalidad. “En este momento es a la propia Cámara autonómica a quien corresponde velar por que su actuación se desarrolle en el marco de la Constitución”, y “Son las asambleas parlamentarias, en su condición de poderes constituidos, las que, en primer lugar, deben velar por que sus decisiones se acomoden, en todo momento, a la norma fundamental”.

Ciudadanos, en su recurso, advertía que la aprobación del texto secesionista suponía la desobediencia de las instituciones catalanas al propio Tribunal Constitucional, pero éste señaló que "el contenido de las disposiciones, resoluciones o actos emanados de un poder público, cualquiera que sea, no menoscaba la integridad de las competencias que la Constitución encomienda a este tribunal, que ejercerá cuando proceda, con prudencia y determinación”. Los magistrados subrayaban que, una vez aprobada la declaración, a ellos corresponde la última palabra y recordaban al Parlament que, en marzo de 2014 declararon inconstitucional y anularon parcialmente la Declaración de Soberanía y del Derecho a Decidir del Pueblo de Cataluña, aprobada por esa cámara el 23 de enero de 2013.

El jueves 5 de noviembre, por la tarde, tras un llamamiento de Societat Civil Catalana se produjo una concentración ante la sede de la Generalitat, en la plaza San Jaime de Barcelona, “en defensa de la democracia y del Estado de derecho” y para mostrar el rechazo a la política de hechos consumados del separatismo, que pretende quebrar el régimen constitucional, perjudicar la convivencia y privar a los ciudadanos catalanes de sus derechos y libertades. En esta concentración la ciudadanía fue la protagonista del acto, en el que no hubo simbología de partido o de grupo como pancartas, camisetas, globos, pegatinas u otros elementos, ya que todos los participantes, al margen de sus ideologías, respetaron el espíritu cívico de la convocatoria.

¿Cómo entender el galimatías golpista?

En el tic-tac de la cuenta atrás, se puede vislumbrar ese fanatismo e irracionalidad que quiere llevar a la sociedad catalana a sumirse en la pobreza, la ruina y la tristeza. Muchos, tanto en el resto de España como en el extranjero, han calado a los nacionalistas catalanes. Es la hora de la decisión y de la unidad y de no justificar lo injustificable ni dar un paso en falso, porque el nacionalismo se sustenta elevando a sus descerebrados a la categoría de “héroes” y a sus irresponsables los convierte en “mártires”.

Artur Mas abraza a Carme Forcadell tras ser nombrada presidenta del Parlament

En todo este proceso, innegablemente, pocos entienden que se lleve años publicitando delitos muy graves e incitando a ellos, de forma contundente, expresa y palmaria, y se tenga que esperar a su comisión para poder proceder a detener al delincuente. Y ello, aún a costa de desproteger a las víctimas. O, esperar a que los recursos desaparezcan y no quede dinero para pagar a las farmacias, la dependencia o la sanidad, y aparezcan decenas de miles de millones de euros de caudales públicos circulando por paraísos fiscales. Aún a costa de caer en el esperpento, ahí está la paradoja de querer ser más democrático y legalista que nadie, y, mientras, los delincuentes campan por sus respetos cachondeándose de la gente honrada.

Es difícil de digerir para la ciudadanía honrada; es decir, para la mayoría de la población catalana. Sobre el golpe de Estado que se pretende dar en Cataluña se viene tratando en análisis, artículos, editoriales, opiniones, tribunas y tertulias de todo tipo.

Dos opiniones pueden resumir esta situación. Araceli Mangas, catedrática de Derecho Internacional Público, explicaba en El Mundo que el independentismo ha puesto a prueba la inanidad del Gobierno de Rajoy y pretenda por la fuerza de los hechos formar un Estado aplicando el principio de efectividad, sin importarles la legalidad ni la legitimidad. Imponer el hecho frente al derecho y al modo de hacer las cosas. Exponer que se ha de actuar antes de la formación de los actos de la estatalidad formal, de acuerdo con la Constitución y la ley, aplicando los preceptos vigentes para situaciones extremas.

Otra opinión, la de Joaquim Coll, vicepresidente de SCC, en El Periódico. Entiende que jamás se ha de responder a una provocación antes de tiempo, cuando Junts pel Si y la CUP lo esperaban para solucionar la papeleta de la reelección de Artur Mas. Una esperanza rota para convertir a Carme Forcadell en heroína. Jurídicamente, cuando se produzca la declaración independentista, el recurso que interpondrá el Gobierno la suspenderá de forma automática. Desde ese momento, cualquier nuevo acto jurídico o hecho administrativo que signifique desacatar al Tribunal Constitucional implicará la intervención del Estado para abortar una situación de rebeldía contra la democracia y el Estado de derecho. Ante la gravedad del desafío secesionista –dice Coll- pocos se oponen a la aplicación del art. 155, para intervenir aquellas competencias que impidan desarrollar la hoja de ruta secesionista. Con proporcionalidad y gradualidad para suspender, incluso, a todo el “govern”.

¿Qué impide la aplicación de los pertinentes artículo del Código Penal e, incluso, los preceptos del artículo octavo de la Constitución?

¿Qué papel tiene asignado la CUP en este vodevil?

Hace tres décadas el nacionalismo diseñó su Cataluña virtual. CiU representaba el centro derecha. ERC representaría el centro izquierda. Pero, para desbancar y dividir electoralmente al PSC necesitaban de una izquierda que aglutinara núcleos socialistas, ácratas y comunistas de todo tipo. Para hacer la tenaza, jugaron primero con el PSUC y, después, con ICV y su apéndice EUiA. El experimento no obtuvo los resultados esperados por los “Klanes”. A medida que la acción de la justicia contra la corrupción en Cataluña avanzaba, los clanes nacionalistas al sentirse acosados precisaron de un escudo protector que agitara la calle y cuando procedían a inventar un nuevo engendro, en esas, apareció la CUP.

Se le asignó un triple objetivo. En primer lugar, tratar de aglutinar a esa juventud indignada que había sido adoctrinada por el sistema de enseñanza controlado por la Generalitat, para transformar buena parte de su pasotismo en acción independentista. Abducidos por el odio de la lucha de clases fueron transformando éste en odio nacionalista hasta trastocarse en auténticos catabatasunos, de acuerdo con las directrices de sus dirigentes. Como es habitual en todos los partidos, aquí también se puede encontrar personas que actúan de buena fe.

Un segundo paso consistía en apoderarse del mayor número posible de votos de izquierdas para ponerlos al servicio de la independencia. Esto exigía una permanente propaganda y eso requiere recursos, muchos recursos para actividad publicitaria y para desplazamientos de sus agentes de captación y de sus liberados. ¿Cómo una organización pretendidamente proletaria podía disponer de ellos? Objetivamente, y a poco que se haya actuado en política, se puede comprender que, ni hartos de orujo, se sostienen con cuotas de afiliados.

Por la forma que han inundaron las poblaciones catalanas, sin reparar en gastos, han dispuestos de recursos conforme los necesitaban. Ellos sabrán cómo han conseguido empastifar las paredes con miles y miles de carteles impresos a todo color y miles de pancartas, o imprimir publicaciones de todo tipo, sin que falten las clásicas octavillas. Es digno de estudio ver como les han florecido decenas de asociaciones y entidades, con diferentes nombres y las mismas personas en todas ellas. O valorar cómo a diario los medios del régimen nacionalista da publicidad a sus actos de todo tipo y a sus aparentes acciones contra “el govern de la Generalitat”. Acciones convocadas de una forma y que, siempre, concluyen con ataques programados al PP y otros tendentes a desprestigiar al PSC, aunque se traten de competencias asumidas en su totalidad por la Generalitat. En sus análisis y en su acción política muy poca aportación práctica para la sociedad.

Militantes que, en las campañas electorales, suelen sobreponer sus carteles sobre los de otras opciones presentes en los comicios, especialmente sobre la propaganda de del PP, Ciudadanos o el PSC, a veces con la de ICV-EUiA, e incluso en alguna ocasión con la de ERC, sorprendiendo, siempre, que los “carteles” de la entonces CiU permanecieran en sus espacios electorales sin verse sometidos a la bajeza de tales acciones.

Sorprende, también, que cuando promueve denuncias contra la corrupción su objetivo tiende a ser contra elementos del PSC, como en el caso INNOVA. Casualmente, con la traca del “prusés”, algunos de los casos se van quedando aparcados o al ralentí.

En tercer lugar, conseguir que el grueso de sus votos estuvieran en barrios obreros y de clase media baja para competir con la izquierda en los cinturones rojos, parece ser que no ha sido posible. Las áreas de sus votos coinciden bastante con las de Junts pel Sí, el centro acomodado de las zonas urbanas.

¿Quién le puede negar una investidura a Artur Mas si abraza como un osito amoroso

Como parte de la casta nacionalista, la CUP insiste en su engaño de que no votará a Artur Mas como presidente. Pero, según ERC, la investidura de Artur Mas ya está pactada, y la CUP encontrará la manera de votarlo, alargando su paripé a la espera de los resultados de las elecciones generales del 20 de diciembre. En su parodia exigen acelerar la secesión y realizar actos inmediatos de desobediencia para dar su aval a la pervivencia de la corrupción de los “klanes nacionalistas”, que no tienen más que ganar con la independencia aunque eso suponga enterrar a CDC. Artur Mas sueña con ser el presidente golpista, el del partido único, el del butifarréndum único, el de la pregunta única y el del editorial único. Al fin y al cabo, la actual componenda representa la unión de los totalitarios en Cataluña.

¡Cosas que tiene esa Cataluña virtual de corruptos y corruptores “Klanes nacionalistas”! En fin, un vodevil de comedia frívola, con argumento sustentado en la intriga y el equívoco que, por supuesto, incluye el consabido numerito musical del “Segadors”. Una pieza teatral que, por más cómicos y dramáticos que se pongan los de CDC, ERC y sus comparsas electorales y la CUP, no consigue llegar a sainete aunque la representación se realice toda en un solo acto monotemático sobre la independencia.

Sin ellos pretenderlo han conseguido que la ridiculez y la farsa de sus actuaciones ensalcen, aún más, sus vicios individuales y colectivos, sus locuras, sus abusos, sus deficiencias e incapacidades y sus dobleces.

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