29/7/13

Encierro y perfomance en el Hospital Joan XXIII

Ahora, le toca sus minutos de protagonismo al denominado Grup de Treball en defensa de la Sanitat Pública a Tarragona, coordinado por la CUP y auxiliado por sindicatos que se autodenominan combativos -CGT, CO-BAS i CATAC-CTS- y personas a título individual, que promueve un encierro en el Hospital Joan XXIII de Tarragona para denunciar su desmantelamiento y defenderlo como hospital público de referencia. Aprovecharán el acto para denunciar el proceso de privatización encubierta que trata de convertir la salud en un negocio, que ellos denominan de Teclarización.

Cartel que promociona el encierro y la perfomance correspondiente. Acciones en las dos semanas anteriores habían aglutinado, respectivamente, a siete y diez trabajadores del centro sanitario

Con Teclarización hacen referencia a una Fundación hospitalaria que lleva ocho siglos asilando y asistiendo a la ciudad, y en cuyo Hospital han nacido buena parte de los actuales tarraconenses y que, desde la donación de Guillermo de Aguiló, en la época del arzobispo Bernat Tort, en 1151, permitió a la ciudad disponer de un hospital, cuyo emplazamiento actual data del 24 de Febrero de 1588.

En la década de los sesenta del siglo pasado, el INP estableció un plan de dotación de centros sanitarios de la Seguridad Social en las capitales de provincia. Iniciadas las obras el 1965, la Residencia Sanitaria que, por acuerdo del 4 de octubre de 1967, se denominará de Juan XXIII, entrará en funcionamiento el 16 de octubre de 1967. Un hospital jerarquizado; es decir, organizado por servicios y con una plantilla sanitaria dedicada a horario completo. Con el traspaso de las competencias sanitarias, este Hospital se convertirá en el emblema del ICS en Tarragona y en el Centro Sanitario de referencia de toda la provincia.

Desde hace cuatro años los trabajadores del Hospital Joan XXIII han venido manteniendo una lucha contra la degradación de su trabajo, la precariedad de sus condiciones laborales y de la asistencia sanitaria que se ven obligados a prestar.

En este período hemos visto como se ha pasado de acciones unitarias de protesta de cientos de personas, en las que participaban miembros de todos los estamentos hospitalarios, a una larga agonía de pequeñas acciones durante el 2012 y el 2013 que, como máximo, aglutinaban una cincuentena de personas. En alguna ocasión, las reuniones celebradas con carácter informativo en la sala A de la planta cuarta, han conseguido pasar del centenar de asistentes.

Conforme declinaba la participación de los trabajadores en las asambleas y movilizaciones, aún quedaban fragmentos incandescentes en la continuidad de la lucha, ascuas de brasa que hicieron abrir los ojos de candidaturas, entidades, federaciones, grupos, iniciativas, movimientos, okupas y plataformas de todo tipo que trataron de arrimar el ascua a su sardina, evitando coger el ascua por la parte que quema, para mejor aprovechar la ocasión en su propio beneficio.

Algunos, en su discurso, han recalado en el problema sanitario para mantener un cierto grado de emoción e intriga, prometiendo noticias, sorpresas, sin llegar a referirlas. En su intento de tener a la gente en ascuas o de hacerles estar en ascuas, han utilizado el tiento, pero no siempre la prudencia. Su interés de hacer pisar sobre ascuas al personal ha sido evidente ante la proximidad de contiendas electorales. No siempre se puede tener un auditorio preparado sobre el que entrometer sus reivindicaciones, contra el que ejercer su adoctrinamiento.

Lo chic de una perfomance

Con el objetivo de difundir un posible cierre del Hospital Joan XXIII, unos colectivos han preparado una acción para los días 30 y 31 de julio que se centrará en reclamar la apertura de camas. El guión de esta acción artística exige ir disfrazados, vestidos con pijamas y batas para enfermos de hospital con carteles que pregunten sobre dónde están nuestras camas y con panfletos que resuman la situación denunciada.

La perfomance del día 24 de julio estuvo acompañada por una pareja de Mozas de Escuadra

Como no podía ser de otra forma, la puesta en escena que iniciará la jornada de lucha “En defensa del Hospital Joan XXIII” será una rueda de prensa. Los medios son los medios y todos los figurantes son sus circunstancias. Tras los medios, una charla de Albano Dante y una merienda. Tras ésta, los parlamentos de un concejal y de una diputada de la CUP. Después, actuación musical, cena y nueva actuación musical y a la medianoche del día 30, la proyección de La salud, el negocio de la vida. A la dormida en el Hospital, le seguirá el desayuno y una mesa redonda de CGT y CATAC-CTS sobre la situación de la sanidad en Tarragona. Con un pasacalle a las 10,30 horas, que recorrerá el Parque Sanitario Joan XXIII, concluirán los actos.

Vale la pena recordar que la perfomance tuvo su momento álgido en los noventa, tras un siglo de factores de improvisación para provocar o asombrar con un cierto sentido estético. A este arte en vivo, arte en acción del vanguardismo de los futuristas de inicios del siglo XX, del constructivismo, del dadaísmo y del surrealismo, se le presuponen actos que incluyan acción, movimiento y personajes ajenos a la obra. Acciones de un individuo o de un grupo que surgen en cualquier momento, sin que los espectadores se den cuenta de su inicio, en un lugar determinado y durante un tiempo concreto. Así lo suelen definir, por sus cuatro elementos básicos: el tiempo, el espacio, el cuerpo del figurante y la relación entre éste y el público.

Sin duda queda elegante, muy chic, muy a la moda. Pero, ¿quién está para divertimentos, para tremendismos o para patochadas?

Quienes viven de realidades tratan de dar soluciones a sus problemas al menor coste posible, sin determinismos mecanicistas, sin ideologías que todo lo complican. Saben que para resolver hay que simplificar, porque sino es imposible despejar la X de la ecuación y resolver el problema.

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23/7/13

Brigadas Internacionales contra Siria (II) – Entender la región

La obra En la senda de la resurrección del pensador Michel Aflaq le sirvió a éste, conjuntamente con Salah al-Din al-Bitar, para iniciar en 1940 el movimiento nacionalista árabe. Egipto, Irak, Siria, Libia y otros países árabes vivieron esa efervescencia nacionalista y socialista árabe.

Eran los años en los que Europa se debatía en una guerra mundial que tuvo episodios bélicos en África y Oriente Medio, como la batalla de El Alamein, en el norte de Egipto, en la que, entre el 1 y 27 de julio de 1942, los británicos de Bernard Montgomery detenían el avance del AfrikaKorps del mariscal Erwin Rommel, y que, entre el 23 de octubre y el 4 de noviembre, conseguirían romper las líneas defensivas alemanas. Una guerra que abriría paso a los procesos de descolonización en África y en Asia por parte de las potencias administradoras europeas.

Gamal Abdel Nasser, Líder político egipcio y uno de los impulsores del nacionalismo y socialismo de integración panarabista

Cualquier intento de explicación del actual Oriente Medio no puede pasar por alto la figura del egipcio Gamal Abdel Nasser (Alejandría, 15 de enero de 1918- El Cairo, 28 de septiembre de 1970). Militar y estadista que se configuró como el principal líder político árabe durante su mandato presidencial que abarcó desde el 23 de junio de 1956 hasta el 28 de septiembre de 1970, día en que murió de un ataque al corazón.

Militar de Academia, en 1948 participó con el grado de comandante en la guerra contra Israel, en la que Egipto sufrió una considerable derrota. A consecuencia de la misma, en 1949, junto a otros militares, fundaron un movimiento secreto dentro del Ejército: la Organización de Oficiales Libres. La aguda crisis de 1952, caracterizada por el control absoluto del país por parte de británicos y franceses, por la corrupción a todos los niveles, por la inoperancia de la Constitución, por la miseria de la población, desprestigió al rey Faruq que sería destronado por el golpe de Estado del Movimiento de Oficiales Libres del 22 de julio de 1952, que proclamaría una República y cuyo Consejo de la Revolución sería comandado por Nasser hasta su muerte.

Para el alzamiento de 1952, el Comité de Oficiales Libres contactó con partidos de izquierda y otros grupos contrarios al régimen, que accederían al poder sin demasiada oposición. Alcanzado ese objetivo, las dos figuras centrales de la revolución enfrentaron sus proyectos contradictorios. El del general Muhammad Naguib, Presidente de la República, partidario de convocar una asamblea constituyente y de restablecer las libertades políticas y el del coronel Nasser, vicepresidente, que defendía establecer un régimen de unidad y dignificación a través del socialismo. Cuando en noviembre de 1953, el general Naguib fue destituido de todos sus cargos y sometido a arresto domiciliario, Nasser se convertiría en el hombre fuerte de la política egipcia y cabeza de una revolución, en cuyo gobierno serían hegemónicos los militares, que aplicarían un programa basado en sus ideas personales.

Por ser el primer egipcio que, efectivamente, gobernaba Egipto desde los tiempos faraónicos, Nasser dispuso de una gran popularidad en su país.

La transformación europea, la orilla norte del mediterráneo

Al tiempo que Gamal Abdel Nasser desarrollaba su panarabismo, Europa buscaba salir de la devastación de la II Guerra Mundial y sufría, también, una profunda transformación y un proceso imparable de integración económica y de unión política.

Bajo el acrónimo de Benelux se designó la unión aduanera y económica de Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo, los tres territorios que conformaron el antiguo Reino Unido de los Países Bajos, o de los Países Bajos españoles que, después, serían austriacos, mostraron una relación histórica y económica entre ellos, y una muy estrecha interdependencia económica. En 1830, Bélgica se segrega y en 1890 lo hace Luxemburgo. El 25 de julio de 1921, mediante Tratado, se creó la Unión económica Belga-luxemburguesa, que eliminaba toda barrera económica y mantenía una tasa de cambio fija entre ambas monedas. El 5 de septiembre de 1944, en Londres, se firmó el tratado entre los tres gobiernos exiliados de Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo, que pactaba la supresión de los derechos de aduana en sus fronteras comunes, además de fijar tasas comunes para las mercancías provenientes del exterior de la unión. Tras la II GM, a fin de reconstruir sus países se previeron tres años hasta el 1 de enero de 1948 para la entrada en vigor del tratado de Unión Aduanera del Benelux. El tratado abogaba por la libre circulación de personas, de bienes y de servicios.

Conjunto de países que iniciaron la Unión Europea Occidental

Con el fin de protegerse de la amenaza soviética, los tres estados del Benelux, el 17 de marzo de 1948, se adhieren a la Unión Europea Occidental (junto con Francia y el Reino Unido). Ese mismo año entran a formar parte de la OTAN y en la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE). En 1960, la Unión Aduanera del Benelux sería reemplazada por la Unión Económica del Benelux, instituida por el tratado de 3 de febrero de 1958, que constituirá un ejemplo para la formación de la futura Unión Europea.

Van apareciendo nuevas zonas de integración económica como la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), creada en 1951 por el Tratado de París, basado en el derecho internacional y diseñado para reconstruir las economías europeas, evitar la guerra en Europa y garantizar una paz duradera.

El 26 de mayo de 1957, los Tratados de Roma firmados por Alemania Occidental, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos, establecían la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA o EURATOM), que, por ratificación de los parlamentos de cada Estado, entrarían en vigor el 1 de enero de 1958. Posteriormente, se ha modificado como Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea y, finalmente, como Tratado de Funcionamiento de la Unión.

Sin embargo, en la otra parte de Europa conformada tras la guerra mundial, los países se hallaban circunscritos a la hegemonía soviética, que oponía al resto de Europa sus propias zonas de agregación internacional.

A la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), creada en Washington en 1949 y formada en su inicio por Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Francia, Dinamarca, Portugal, Islandia, Luxemburgo, Italia, Países Bajos y Noruega, a los que se añadieron en 1952 Grecia y Turquía, y en 1954 Alemania Occidental, la URSS opuso el 14 de mayo de 1955 su Pacto de Varsovia. Para contrarrestar la influencia de la OTAN, en ese tratado de colaboración de asistencia mutua para el caso de ser atacados por una potencia extranjera, la URSS agregó a Albania, Bulgaria Checoslovaquia (hoy República Checa y Eslovaquia), República Democrática de Alemania, Hungría, Polonia, Rumania. En 1956 las tropas del Pacto de Varsovia entraron en Hungría para acabar con la revuelta popular contra el Partido Comunista. En 1961, Albania abandonó el Pacto tras romper relaciones con la URSS por razones ideológicas. En 1969, las tropas del Pacto entraron en Checoslovaquia para tumbar la Primavera de Praga instada por Alexander Dubček y parte de un aperturista Politburó comunista en torno al economista Ota Šîk. A finales de 1991, los dirigentes de los países miembros del pacto acordaron su disolución. Durante su existencia, el Pacto de Varsovia mantuvo una permanente represión sobre Polonia, muy especialmente en el ámbito cultural, religioso y laboral.

Desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989, las autoridades de la República Democrática Alemana (RDA) edificaron y mantuvieron el Berliner Mauer, al que denominaron Antifaschistischer Schutzwall, y que occidente llamaba Schandmauer o Muro de la Vergüenza, que con sus 45 kilómetros, dividía como frontera la ciudad de Berlín y se erigía en el símbolo de la separación de Alemania y de la Guerra Fría entre bloques. Las autoridades soviéticas sostuvieron hasta el final que el muro fue levantado para proteger a los alemanes del Este de los elementos fascistas que conspiraban para evitar la voluntad popular de construir un estado socialista. En realidad, el Muro se alzó para impedir la emigración masiva hacia la República Federal Alemana (RFA).

Alemania Oriental puso en circulación un sello con las banderas de los países integrados en el COMECON

A la existencia de la CEE, los soviéticos opusieron como su equivalente al COMECON o Consejo de Ayuda Mutua Europea, como organización de cooperación económica de los países socialistas que giraba en torno a la URSS con el objetivo de fomentar sus relaciones comerciales, y como una alternativa al Plan Marshall de los Estados Unidos. Su ámbito geográfico fue muy superior al de la CEE, no sólo abarcaba al Este de Europa, sino a países hispanoamericanos, africanos, oriente Medio y de la región Asia-Pacífico.

En enero de 1949, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumania y la URSS conformaron el COMECON, al que se uniría en febrero Albania, que abandonaría la organización en 1961. Alemania Oriental se integró en 1950. En el 1962 lo hizo Mongolia, en 1972 Cuba y en 1978 Vietnam. Como Estados observadores figuraron Afganistán, Laos, Irak, Etiopía, Angola, Mozambique, México, Nicaragua, Finlandia y Yemen del Sur. Yugoslavia se relacionó como Estado asociado.

El COMECON procedió a la división del trabajo entre los distintos países y bajo auspicio soviético creó zonas productoras de materias primas, siderurgia, industria petroquímica, etc. En los años 70 controlaba el 10% del tráfico mundial de mercancías, y el día de su disolución, el 28 de junio de 1991, ya sólo representaba el 6%. A partir de esa fecha, países de la órbita soviética irán solicitando su ingreso en la Unión Europea.

Para tratar de afrontar la competencia económica y la Guerra Fría de ambos bloques, en el norte de África y en el Oriente Medio nacerán nuevas zonas de integración económica y política de la orilla sur del mediterráneo, que alcanzarán acuerdos de desarrollo con otras zonas de Asia.

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16/7/13

Brigadas Internacionales contra Siria (I) – Matanzas ancestrales

El 23 de junio de 2013, el Convento de la Custodia de Tierra Santa, en Gassnanieh, fue atacado por el grupo yihadista Jahbat al-Nusra. En este monasterio del norte de Siria, los rebeldes decapitaron al franciscano siro-católico François Murad. Los propios rebeldes grabaron un video para distribuir por la red. En él, se ve a los rebeldes gritar como posesos y acusar a las tres personas arrodilladas en el suelo. Cuchillo en mano, las decapitan y muestran orgullosos sus cabezas, como si de un trofeo se tratara. Algunos medios occidentales informaron de este acto deleznable, otros como ya viene siendo habitual optaron por el silencio.

El franciscano siro-católico Murad, instantes antes de ser decapitado por los rebeldes de Jahbat al-Nusra

El viernes 12 de julio de 2013, un líder rebelde sirio, Kamal Hamami, alias Abu Bassel al Ladkani, miembro del Consejo Militar Supremo del Ejército Sirio Libre (ESL), fue asesinado por el grupo Estado Islámico en Irak y el Levante, una de las facciones vinculadas a Al Qaeda. El grupo yihadista planeó una encerrona haciéndole acudir a la ciudad portuaria de Latakia, en un área bajo control rebelde, para discutir planes de combate. Tras asesinarlo a navajazos, el grupo yihadista telefoneó a Qassem Saadeddine, portavoz oficial del ESL, para decirle que “habían matado a Abu Bassel y que matarán a todo el Consejo Militar Supremo”.

Con anterioridad, en mayo de 2013, otra grabación rebelde mostraba a Jalid al Hamad (de Homs), alias Abu Sacar, comandante de la brigada Omar al Faruk, acercándose al cadáver de un soldado del régimen, y con un cuchillo arrancarle el corazón y, acto seguido, gritar ante la cámara: “Juro por Alá que vamos a comer vuestros corazones e hígados, soldados de Bashar, perros”.

A mediados de marzo de 2011 alcanzó la llama de la revuelta a Siria, oficialmente una república árabe en Oriente próximo, en la orilla oriental del Mediterráneo. Siria, que es miembro de la ONU, poseía en esas fechas una población de 20,82 millones de habitantes, la mayoría de los cuales hablan árabe y profesan el islam, siendo el sunismo el grupo musulmán mayoritario. Entre los musulmanes no sunnitas en Siria están los drusos, alawitas y chiitas. Hay en Siria minorías de las etnias asiria, armenia, turca y kurda junto a miles de refugiados palestinos. Un conjunto de población diversa que le permite tener cierta influencia sobre sus países vecinos. La protección de esas minorías en el Líbano hizo que tropas sirias permanecieran en él durante 29 años, en especial en el valle de la Bekaa, hasta el 2005.

El fuego de la protesta se había iniciado con la rebelión de los saharauies contra Marruecos, que tuvo continuidad en el levantamiento de Túnez –el único que ha derivado positivamente-. Las fundaciones de análisis neoliberales y las del mundo árabe hicieron sus cábalas sobre la conveniencia del apoyo y la incitación a la primavera árabe. Dos años y medio después, la primavera se ha trastocado en oscuro invierno.

Desde marzo de 2011, las protestas se fueron extendiendo desde ciertos barrios de la capital, Damasco, hacia otras poblaciones, en una espiral sunita que amenazaba con desestabilizar el poder y que indujo a Asad a usar la fuerza de manera tajante.

Desde entonces, las organizaciones humanitarias internacionales vienen hablando de miles de refugiados sirios que huyen de la represión del régimen de Bashar al-Asad y de la violencia orquestada por los rebeldes. Desplazados que se concentran a lo largo de las fronteras con Turquía al Norte, Irak por el este, Israel y Jordania al sur, y Líbano por el oeste. Una huida del conflicto entre dos bloques: uno, las fuerzas armadas y aliados del régimen sirio y, otro, el Ejército Sirio Libre y sus múltiples y problemáticos aliados, habitualmente, captados, trasladados al lugar, armados y mantenidos por Al Qaeda. Un éxodo de más de 1,3 millones de personas huidas de sus hogares en busca de refugio. Países como Turquía, Líbano, Jordania o Irak manifiestan encontrarse al límite de sus recursos y solicitan el apoyo de la comunidad internacional para garantizar la protección y ayuda, técnica y económica, a los refugiados de esta nueva crisis humanitaria.

La Siria de los Asad

En una sucesión de golpes de estado desde la independencia en 1944, llevó al Partido Baath Árabe Socialista ha convertirse en la primera fuerza política de Siria el año 1963, gobernando bajo la declaratoria de estado de emergencia hasta el golpe de estado del 13 de noviembre 1970 de Hafez al.Asad, quien rigió los destinos del país hasta su muerte el 10 de junio de 2000. Desde 1970 la presidencia de Siria ha pertenecido a la familia Asad.

En 1973 se aprobó, por referéndum, la Constitución que definía a Siria como República Democrática, Popular y Socialista, basada, entre otros, en el socialismo árabe, los principios de igualdad ante la ley, libertad religiosa y propiedad privada. La constitución de 2012, aprobada por plebiscito, define oficialmente a Siria como un República unitaria semipresidencialista. Siria mantiene buenas relaciones con Irán.

Bashar al-Asad en un acto reciente

El 10 de julio de 2000, en una elección con candidatura única, con resultados de 94,6% de participación y 99,7% de apoyo, se refrendaba en el poder a Bashar al-Asad. El 17 de julio, el presidente de Siria juró el cargo ante el Parlamento y en su discurso prometió una democracia sui generis que permitiera modernizar la economía con su gradual liberalización; acabar con la corrupción administrativa y la supresión de los obstáculos burocráticos de las mafias y clanes del régimen que disuaden a los inversores; mantener los logros de los servicios estatales como la enseñanza gratuita, así como conseguir la devolución total de los altos del Golán antes de firmar una paz digna con Israel. En su alocución, solicitó una mediación estadounidense, imparcial y honesta, en el proceso de paz árabe-israelí. Su discurso mostró dos rotundas afirmaciones: la democracia Siria no puede ser de estilo occidental, sino que ha de atenerse a sus características históricas, étnicas y sociales; y el modelo de las relaciones entre países árabes ha de ser el de los vínculos de Siria con su vecino Líbano.

Éste y su familia pertenecen a la minoría religiosa alauí, una rama del chiísmo que representa al 12 % de la población y que ejerce una notable influencia en el partido gobernante, frente a un 74 % de musulmanes sunies que, ahora, buena parte de ellos se sienten respaldados por los Amigos de Siria, una coalición internacional de las principales potencias occidentales y de los regímenes árabes moderados, que bajo dirección del premio Nobel de la Paz, Barak Obama, habría decidido en abril aumentar la ayuda militar y propagandística a los rebeldes.

Las televisiones y medios occidentales divulgan muchos de los “posados” de las milicias rebeldes. Así, por ejemplo, una noticia presentaba las humaredas de los bombardeos de la aviación del régimen sobre la ciudad de Alepo, cuando en realidad “milicianos cineastas” habían vaciado dos camiones repletos de neumáticos inservibles, los habían prendido fuego, para que, desde unos edificios detrás de la escena, los cámaras grabasen la gran humareda producida sin que hubiera mediado bombardeo alguno. El viejo estilo Pallywood vuelve a funcionar de nuevo.

En 2012, las organizaciones humanitarias hablaban de decenas de miles de muertos y declaraban a Siria “el país más peligroso del mundo para ejercer la profesión periodística”. Narraban el caso de Ali Mahmoud Toman, periodista detenido en la provincia de Alepo, que apareció en la televisión estatal siendo preguntado por su participación en las protestas, detenido con desaparición forzosa, sin acceso a un abogado y sin comunicarse con el mundo exterior. En este campo, la acción del gobierno y la de los grupos de oposición y de las milicias yihadistas, han cometido crímenes de guerra contra periodistas, incluidas ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas, tortura o secuestros, entre otros. Sin medios libres, no se puede documentar ni visualizar la destrucción y las atrocidades cometidas, ni los abusos a los derechos humanos.

Se acusa a las fuerzas gubernamentales de bombardeos indiscriminados, de arrasar barrios enteros, de usar armas prohibidas por el derecho internacional, así como de torturas, desapariciones forzosas o ejecuciones extrajudiciales de personas detenidas. Se acusa a los grupos armados de oposición de recurrir a la toma de rehenes; de tortura y ejecución sumaria de soldados, combatientes de milicias afines al gobierno y de civiles que han capturado o secuestrado; de asesinar y/o defenestrar sistemáticamente a funcionarios públicos; de servirse de armas químicas; de usar a niños para fines terroristas o para hacerles ejecutar a presos encadenados, mujeres, ancianos y niños. En su plan de facilitar la intervención internacional, muchas acciones yihadistas se enmascaran de confusión hasta el punto que, al contabilizar muertos y heridos, incluso agencias de la ONU no saben a quien atribuir determinadas matanzas.

A la espera de ayudas más efectivas, otros piden al fiscal de la Corte Penal Internacional que actúe contra esos crímenes de guerra y que tenga como máxima prioridad la seguridad de la población civil. En ese sentido, Francia lleva incitando y presionando a la Unión Europea y a EEUU para una intervención militar en Siria y para componer Tribunales Internacionales contra el régimen sirio. Los Amigos de Siria buscan implantar una zona de exclusión aérea cuarenta kilómetros en el interior de Siria, cerca de la frontera jordana, que les costaría unos 50 millones de dólares diarios. Rusia y China han manifestado reiteradamente su apoyo al régimen de al-Asad. En una futura conferencia sobre Siria, la Rusia de Putin ha prometido buscar soluciones políticas a la crisis.

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